EL MUNDO › OBLIGA A LOS SOLDADOS A PASAR LA MITAD DE SU TIEMPO DE SERVICIO EN ESTADOS UNIDOS

Media sanción para ley de retirada

Se trata de otro desafío a la Casa Blanca, que prometió vetar toda legislación que condicione el movimiento de tropas. El mes pasado una medida similar fracasó en el Senado, pero el repudio a la guerra crece con cada baja y el Pentágono sufre problemas de reclutamiento. Ayer murieron cuatro soldados de EE.UU. en Irak.

 Por Sandro Pozzi *
desde Nueva York

La estrategia de George Bush en Irak sigue sumando reveses. El nuevo golpe al presidente de Estados Unidos llegó el viernes desde el Capitolio, donde los demócratas retaron otra vez a la Casa Blanca con la adopción de una legislación para regular las rotaciones de los militares, para que puedan pasar con sus familias en casa un tiempo similar al que estuvieron en el frente o superior. De conseguir la aprobación del Senado, podría convertirse en la primera ley de retirada de las tropas estadounidenses desplegadas en Irak.

Una iniciativa parecida fue bloqueada por el Senado hace un mes. Pero los liberales vuelven a la carga y persisten en su propósito por conseguir un cambio de estrategia. La legislación fue aprobada por la Cámara de Representantes con 229 votos favorables y 194 en contra. El objetivo es evitar que el Pentágono acelere las rotaciones para poder ejecutar su plan de reforzamiento de tropas. De esta manera se estaría consiguiendo torpedear el núcleo central de la estrategia de Bush en Irak. Los demócratas temen que los planes de la Casa Blanca acaben minando la moral de los soldados y de sus familiares. A cambio, proponen que los reservistas y miembros de la Guardia Nacional puedan llegar a beneficiarse de un permiso de hasta tres veces superior al tiempo que estuvieron destinados en Irak, antes de que tengan que regresar de nuevo a la trinchera. Los soldados en Afganistán no están cubiertos.

Los republicanos creen, sin embargo, que el Congreso no puede adoptar decisiones que corresponden a los mandos militares, que son los que deben diseñar sus operaciones en función de las tropas que tienen a su disposición. Es el mismo argumento que utiliza la Casa Blanca, que ya mostró su rechazo a esta idea y ante la que puede hacer oídos sordos si considera que puede poner en riesgo la seguridad nacional.

Por si no bastara con este cúmulo de legislaciones que buscan adelantar la retirada de tropas de Irak y el violento choque entre el Legislativo y el Ejecutivo, el Pentágono se topa con un grave problema casi endémico. El Departamento de Defensa tiene cada vez más dificultad para encontrar personas dispuestas a alistarse, lo que complica aún más sus planes en el frente de batalla iraquí y obliga a exprimir más a los soldados en servicio. El ejército estadounidense anunciaba hace pocas semanas que en junio, por segundo mes consecutivo, se quedó corto en su objetivo de reclutamiento. En lugar de los 8400 individuos que espera alistar, ese mes firmaron unas 7000 personas. Esta caída del 15 por ciento dobla prácticamente el mal resultado de mayo, cuando se alistaron 5100 personas, en lugar de las 5500 previstas.

Mientras tanto, la violencia no cesa en Irak. El ejército estadounidense informó ayer la muerte de cuatro de sus soldados en dos hechos diferentes. Tres murieron al estallar una bomba cerca de su patrulla durante unas operaciones de combate en el este de Bagdad. En el ataque, ocurrido el jueves, resultaron heridos 11 militares, cuatro de ellos leves. En otro incidente, un soldado murió y otros tres fueron heridos durante operaciones de combate en el oeste de Bagdad. Por otra parte, desconocidos asesinaron al jeque Fadel al Aql, asistente del máximo líder sunnita del país, el gran ayatolá Ali al Sistani, cerca de su casa en el norte de Nayaf, ciudad situada 160 kilómetros al sur de Bagdad, De esa manera se eleva a 3660 la cantidad de soldados estadounidenses muertos desde la invasión a Irak. A su vez, el jeque Al Aql se convirtió en el cuarto exponente religioso chiíta asesinado en los últimos dos meses en la ciudad santa de Najaf.

Es la primera vez en dos años que el Pentágono se topa con el problema de no llegar a reclutar el número de efectivos necesarios. Esto podría trastrocar los planes de reforzamiento de los cuerpos de Marines y del ejército. El objetivo anual del Departamento de Defensa es conseguir alistar a 80.000 soldados antes de que acabe, a finales de septiembre, el ejercicio fiscal. El coronel Dan Baggio, portavoz del ejército estadounidense, dice que se logrará gracias a los buenos resultados de meses precedentes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Soldados norteamericanos descansan en Baquba, Irak, y leen las noticias poco alentadoras que llegan desde Washington D.C.
 
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