EL MUNDO › FRANCIA NO SE OPONDRA A LAS NEGOCIACIONES DE ANKARA CON LA UE

Sarkozy levanta la barrera a Turquia

El presidente francés definió la política exterior de su gobierno para los próximos años. Pidió por la retirada de tropas de Irak y mostró preocupación por el programa nuclear de Irán. Y abrió perspectivas a los países emergentes.

 Por Eduardo Febbro
desde París

El presidente francés definió ayer las nuevas orientaciones diplomáticas de París para los próximos cinco años. Ni ruptura profunda ni cambio drástico de dirección, Nicolas Sarkozy presentó ante la decimoquinta Conferencia de Embajadores en París un mundo cuyos dirigentes carecen de fuerza para influenciar su rumbo al tiempo que se mostró enérgico con Irán y Rusia y abrió perspectivas a los reclamos de los países emergentes. Los franceses, dijo Sarkozy, “constatan que, a diferencia de los años que siguieron la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes de estos últimos 20 años no lograron crear un nuevo orden planetario, ni tampoco adaptar de manera eficaz el precedente”.

En este contexto, Sarkozy izó la construcción europea al rango de “prioridad absoluta”. Y en esa prioridad introdujo un cambio sustancial con respecto a la posición que mantenía antes de ser presidente en lo que atañe el ingreso de Turquía a la Unión Europea: “Francia no se opondrá a que nuevos capítulos de la negociación entre la Unión Europea y Turquía se abran en los próximos meses”. El jefe del Estado anheló que de aquí a finales de año se cree un comité compuesto por 10 o 12 sabios consagrado a reflexionar sobre el porvenir de Europa. La pregunta que estos sabios deben responder consiste en determinar cómo será Europa entre 2020 y 2030 y en qué consistirán sus misiones.

Catalogado como ferviente partidario de los Estados Unidos, Sarkozy aclaró que, con respecto a la relación con Washington, “aliados no quiere decir alineados. Me siento perfectamente libre de expresar nuestros acuerdos como nuestros desacuerdos, sin indulgencia ni tabúes”. En esa línea de desacuerdos se inscribe el tema de Irak. Sarkozy expresó sin ambigüedad que Irak requería “un horizonte claro para la retirada de las tropas extranjeras”. Sarkozy reiteró que, gracias a su predecesor, Jacques Chirac, Francia “permanece hostil a esa guerra”. Cabe señalar que luego del viaje que efectuó la semana pasada a Irak el canciller francés, Bernard Kouchner, las relaciones entre París y Bagdad no son idílicas. Kouchner pidió en Bagdad la renuncia del primer ministro iraquí, Nouri al-Maliki, y ahora tuvo que pedir explícitamente disculpas por sus declaraciones. El presidente fue mucho menos conciliador cuando abordó el tema iraní. Irán es, para Sarkozy, la crisis más seria que amenaza la estabilidad internacional. Sarkozy recalcó que “un Irán dotado con arma nuclear es inaceptable”. El jefe del Estado señaló que si Teherán respeta sus obligaciones en el campo nuclear, París defenderá una política de apertura. Para Sarkozy, es preciso evitar los dos extremos: “la alternativa catastrófica (la bomba nuclear iraní) o el bombardeo de Irán”. En cuanto a lo que sigue siendo el foco más permanente de tensión internacional, es decir, Israel-Palestina, Sarkozy declaró que París no se resignaría a “la creación de un Hamastán” en la franja de Gaza. Por lo pronto, el presidente indicó que los esfuerzos de París, los del Cuarteto para Medio Oriente, los de los países árabes moderados se concentrarían en la “reconstrucción de la Autoridad Palestina, bajo la autoridad de su presidente” (Mahmud Abbas).

Nicolas Sarkozy empleó términos muy severos cuando se dirigió al régimen ruso de Vladimir Putin. “Cuando se es una gran potencia uno debe ignorar la brutalidad”, dijo el presidente. Luego se refirió al tema de las instituciones internacionales y defendió la idea de una ampliación del Grupo de los 8, el G-8 que engloba a los países más desarrollados del mundo. Según Sarkozy, el G-8 tiene que convertirse en un G-13: “El diálogo mantenido en el curso de las últimas cumbres con los altos dirigentes de China, la India, Brasil, México y Africa del Sur debería institucionalizarse”. Asimismo, el mandatario se pronunció por la ampliación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a fin de que, entre otras cosas, haya una “justa representación de Africa”.

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“El G-8 –grupo de los países más ricos– tiene que convertirse en un G-13”, pidió ayer Sarkozy.
 
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