EL MUNDO › UN MISIL MATO A CUATRO NIÑOS QUE JUGABAN AL FUTBOL

Masacre en la Franja

En respuesta a un cohete palestino que había matado a un residente en Sderot, el ejército israelí atacó Gaza y mató a varios milicianos y civiles. Hamas golpeó a Ashkelón.

 Por Juan Miguel Muñoz *

Desde Gaza

“La respuesta será especialmente dura”, afirmó ayer por la mañana el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Y lo fue. Jugaban al fútbol cinco niños entre 10 y 15 años, tres de ellos de la misma familia –en Beit Lahia, en el norte de Gaza–, cuando recibieron el impacto de un misil. Murieron todos. Como fallecieron la víspera otros tres menores y un bebé de seis meses.

Ocho milicianos, la mayoría islamistas, y tres civiles también fueron aniquilados en la Franja y en Cisjordania, y la aviación redujo a escombros un centro médico y una comisaría en la ciudad de Gaza. Tras la muerte, el miércoles, de un hombre en Sderot, víctima de un cohete kassam, la venganza israelí fue tan brutal como novedosa la respuesta de Hamas.

Un pariente de los niños que jugaban al fútbol, Ahmed Dardouna de 42 años, dijo que la familia había localizado los cuerpos de los chicos –supuestamente dos hermanos y sus primos– en un hospital local cuando no habían llegado a sus casas. El fuego de cohetes de los militantes hacia Israel continuó durante el día, hiriendo levemente a dos israelíes y obligando al ministro del Interior israelí, Avi Dichter, a refugiarse durante una visita a la ciudad fronteriza de Sderot. Su guardaespalda fue uno de los heridos por un ataque de cohetes lanzados antes de la llegada del ministro.

Una nueva ciudad de Israel está en la mira. El movimiento islamista lanzó ocho cohetes contra Ashkelón, a 12 kilómetros de Gaza. No hubo heridos ni daños relevantes. Pero los habitantes experimentaban por primera vez, boquiabiertos, lo que supone una andanada de proyectiles. Así demostró Hamas que ha logrado ampliar el radio de acción de sus imprecisos cohetes, colocando en el punto de mira a 120 mil personas, que se suman a las 30 mil que viven en Sderot y en las comunidades cercanas a Gaza.

Es la enésima escalada de la guerra, ahora en uno de sus picos. En una de las operaciones, en la ciudad de Gaza, un misil israelí alcanzó el coche en el que viajaban dos miembros de la organización radical islámica Hamas, que controla el territorio tras haberlo tomado por la fuerza en junio. Ambos murieron en el acto, entre ellos el hijo del dirigente de Hamas Jalil al Haya.

Entre el potente ejército hebreo y unas milicias que poco tienen que perder, éstas no se dejarán disuadir fácilmente por la enorme superioridad militar del enemigo. No había más que escuchar a Jalil al Haya en la morgue del hospital Shifa, tras haber perdido ayer a uno de sus hijos: “Doy gracias a Dios por este regalo. Este es el décimo miembro de mi familia que recibe el honor del martirio”.

Siete de ellos perdieron la vida en mayo de 2007 en el bombardeo de su vivienda.

Hubo informes no confirmados de que un quinto niño murió también en Jabalya anoche. Mientras el ministro de Exterior palestino, Riyad al Malki, condenaba los ataques con Qassam y las acciones militares israelíes, Nabil Abu Rdeineh, el vocero del presidente palestino, Mahmud Abbas, dijo ayer que los ataques aéreos “significaban sólo una cosa: el gobierno israelí intenta destruir el proceso de paz”.

Ihab el Gosein, portavoz de Hamas, comentaba a mediodía a este diario: “Están matando a muchos más civiles y niños de lo que es habitual. Es verdad que desde aquí se disparan cohetes, pero no desde Cisjordania, y los israelíes también matan allí a gente todos los días. No necesitan ninguna excusa”. La ONG israelí Betselem ofrecía cifras esclarecedoras: de los 150 palestinos muertos en 2008, 46 son personas ajenas a las batallas, 15 de ellas niños.

El Gosein marchó a su próxima cita. Caminando. Los taxistas tienen pánico a recoger a un cliente que pueda ser objetivo militar.

El Gosein lo es, como todos los líderes de Hamas que no duermen en sus casas estos días. La actividad militar israelí fue incesante en Gaza.

El zumbido de los aviones no tripulados y los estallidos de los misiles se escuchaban con frecuencia, aunque los proyectiles impactaran a kilómetros de distancia. Ayer, la tarde fue especialmente cruenta: al final de la tarde se produjeron dos ataques aéreos más.

Según testigos, un helicóptero israelí disparó contra un puesto de la policía de Hamas cercano a la residencia del depuesto primer ministro palestino, Ismail Haniya, matando a dos militantes. Aunque se dice que Haniyeh no estaba en su casa en el momento, los ataques fueron interpretados como una advertencia al liderazgo político de Hamas de que el área del campo de refugiados Beach donde él vive no debería ser utilizado para lanzar cohetes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Un paramédico con uno de los niños heridos en el ataque.
Imagen: AFP
 
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