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Chen Shui-bian se convirtió hace cuatro años en el primer presidente de Taiwan –a la que China continental considera una provincia rebelde– en proclamar el deseo de independencia de la república fundada por Chiang Kai-Shek y el resto de los emigrados anticomunistas que fugaron tras la toma del poder por Mao Tse Tung. Siguieron tensiones. El Estrecho de Taiwan, escenario habitual de maniobras de demostraciones de fuerza de la Marina china, se convirtió en un polvorín naval. La llegada al poder de la administración Bush en Estados Unidos alzó la tensión. Bajo la nueva cosmovisión estratégica del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, China se convirtió en el enemigo estratégico de Estados Unidos para el siglo XXI. Un avión militar estadounidense fue derribado en la isla de Hainan. Siguieron negociaciones. El deseo de China de entrar a la Organización Mundial de Comercio allanó el camino para la devolución de los tripulantes. Pero Rumsfeld no confía en Pekín, y vendió a Taiwan destructores Aegis, que China considera armas estratégicas.