EL MUNDO

El militar que se ganó la esperanza de los pobres

 Por C. N.
Desde Lima

En los días en que el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) agonizaba, en un cuartel del sur del país, a pocos kilómetros de la frontera con Chile, un desconocido comandante, llamado Ollanta Humala, se sublevó, tomó el cuartel y exigió la renuncia inmediata de Fujimori. Lo acompañaba su hermano menor Antauro, oficial en retiro del ejército, que había llegado hasta el cuartel de Locumba para unirse a la gesta de Ollanta. Los dos hermanos Humala partieron con más de 40 soldados para iniciar su marcha por los empobrecidos pueblos ubicados en los cerros pelados de los andes sureños. Fue un levantamiento mediático, durante el cual no se disparó un solo balazo. Fujimori huiría del país pocos días después. Los dos hermanos fueron detenidos y después amnistiados. Ollanta fue reincorporado al ejército. Este episodio lo lanzó a la fama y a partir de ese momento comenzó la historia pública de Ollanta Humala, que a sus 43 años y apenas un año después de haber ingresado activamente en la política, puede convertirse en el próximo presidente del Perú.

En su levantamiento de Locumba los hermanos Humala se definieron políticamente como etnocaceristas, pensamiento estructurado por su padre, Isaac Humala, abogado y ex militante del Partido Comunista. El etnocacerismo propugna, entre otras cosas, la supremacía de la raza cobriza y un papel protagónico de las Fuerzas Armadas en la vida política. Isaac Humala, miembro de una familia de origen andino, tuvo ocho hijos, seis hombres y dos mujeres. Ollanta fue bautizado con ese nombre en homenaje a un mítico general inca. El patriarca de la familia Humala ha señalado que desde niños les inculcó a sus hijos el etnocacerismo, y la ambición por llegar al poder. Por eso hizo que dos de sus hijos se metieran al ejército, porque, según ha declarado en alguna entrevista, el golpe de Estado militar siempre ha sido un camino para llegar al poder en el Perú. Ahora tiene a dos de sus hijos, Ulises, el mayor, quien es economista, y Ollanta, luchando por la presidencia. Pero sólo Ollanta tiene posibilidades de hacer realidad el viejo sueño de don Isaac Humala. Su otro hijo, Antauro, encarcelado por la muerte de cuatro policías durante la toma de un puesto policial que encabezara en enero de 2005, postula al Congreso en la lista parlamentaria de su hermano Ulises.

Ollanta Humala ingresó a la Universidad para estudiar Zootecnia, pero al poco tiempo abandonó la carrera para postular a la Escuela Militar, como era el deseo de su padre. Está casado con Nadine Heredia, de 29 años, con quien tiene dos hijas, una de cinco años y la otra de año y medio. Nadine es graduada en Ciencias de la Comunicación y tiene una maestría en Sociología. Entre Ollanta y Nadine hay un parentesco anterior al matrimonio. A pesar de ser 14 años menor que Ollanta, Nadine es su tía, ya que ella es prima de la madre de Ollanta. Los esposos Humala aprovecharon su estadía en París, cuando Ollanta era agregado militar en esa ciudad, para estudiar Ciencias Políticas en la Sorbona. Luego de haber sido dado de baja del ejército en diciembre de 2004, Ollanta Humala regresó al Perú y comenzó su carrera política organizando el Partido Nacionalista. Con su trabajo político de varios años, su hermano Antauro le había dejado una base social desde la que comenzó su trabajo. En octubre, Ollanta Humala aparecía bastante relegado en las encuestas, con menos del 10 por ciento de apoyo, pero para diciembre ya sorprendía con su salto al segundo lugar, con 25 por ciento. Con el desprestigio de la clase política a su favor, y de un encendido discurso en contra de esa clase y del modelo neoliberal, siguió subiendo en las encuestas hasta convertirse en el gran favorito.

Desde entonces, Ollanta se convirtió en el blanco de los ataques de la prensa. Fue denunciado por haber cometido violaciones a los derechos humanos cuando era jefe de una base contrasubversiva en 1992 en el pequeño poblado de Madre Mía, en la selva peruana, una zona donde en esa época había una fuerte presencia del grupo subversivo Sendero Luminoso. Varios testigos han declarado que él, actuando bajo el seudónimo de “Capitán Carlos”, cometió una serie de torturas y asesinatos. Las violaciones a los derechos humanos eran una constante en la actuación de las FF.AA. contra Sendero Luminoso. También ha sido acusado de mantener vínculos con la mafia militar que montara Vladimiro Montesinos, el hoy encarcelado ex brazo derecho de Fujimori. Dos coroneles en retiro que apoyan activamente su candidatura trabajaron en los años ’90 estrechamente con los generales César Saucedo y José Villanueva, que formaron parte de la cúpula militar montesinista y que hoy están en prisión, condenados por delitos de corrupción. Su candidato a la segunda vicepresidencia, Carlos Torres, fue fiscal durante el régimen de Fujimori. Pero lo cierto es que, como candidato a la presidencia, el ex comandante Ollanta Humala ha despertado adhesiones fervorosas y muchas esperanzas de cambio entre los sectores más pobres y excluidos, pero también grandes temores y odios entre los más poderosos y buena parte de la clase media.

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Ollanta Humala saluda ayer junto a su esposa Nadine.
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