EL PAíS › LA HISTORIA DE EDUARDO VAZQUEZ

La batería y el drama

 Por Luis Paz

“Trato de estar bien. Se olvidan de que perdí a mi vieja en Cromañón.” El 17 de marzo de 2005, el grupo La 25 daba un recital en un boliche del Abasto cordobés e integraba a Eduardo Vázquez como baterista invitado. Un día después, Vázquez se reencontraba con los medios, decía aquello y lo completaba con un anuncio: “Callejeros hará un recital en mayo en Vélez, a beneficio de los familiares de las víctimas”. Luego del incendio en el boliche República de Cromañón, se había mudado a Córdoba, donde se sentía “tranquilo”, y se había llamado a silencio. Pero así se convertía, a dos meses y medio de la tragedia, en el primer músico de Callejeros en volver a tocar en vivo y en el pionero en declarar que la banda seguiría ese camino.

La historia en Callejeros del baterista de 33 años nacido en una casa humilde de Villa Celina comenzó en 1995, con la fundación de la banda, entonces llamada Río Verde. Es, por lo tanto, uno de los pocos que caminaron por completo el ultraveloz sendero de Callejeros, un grupo de amigos en el que su puesto no fue puesto en duda jamás.

Pero llegó Cromañón y, con el incendio, la pérdida de su madre, Nilba Paz, de 62 años. “La vi por última vez cuando me senté a tocar”, contaría en el juicio. Paz estaba en el VIP de Cromañón y nunca pudo salir de allí. Vázquez fue el primero en dejar de tocar, pero tardó en salir del estupor y, cuando lo logró, ya no vería a Nilba. Su ex novia Laura, casi diez años mayor que él, también estaba allí. Y luego declararía haber sido cacheada en Cromañón “por primera vez” en un show del grupo. En el juicio, la ex esposa de Vázquez lo marcaría como “violento” y lo acusaría de golpearla.

El show prometido para Vélez nunca llegó. Pero hacia la fecha en la que ocurriría, lo único que encontró Vázquez fueron insultos en la fila de una oficina del gobierno porteño, mientras realizaba los trámites para cobrar el subsidio para las víctimas de Cromañón. La ex empleada de Cromañón Ana Sandoval lo reconoció y no tardó en gritarle: “Sos un asesino igual que Chabán”. Durante meses, hasta el show de Callejeros en el Cosquín Rock de 2006, Vázquez prácticamente desapareció de la notoriedad pública.

Nuevamente, fueron sus amigos músicos los que buscaron su relajación. Ya de chico, Vázquez tenía una amistad estrecha con Chori, un pibe vecino que terminó tras la batería de Los Jóvenes Pordioseros, que el 6 de julio de 2006 dieron un recital en El Teatro de Flores e invitaron a los Callejeros a escena. Luego de un par de canciones, el dueño del local hizo cortar el sonido por estar en desacuerdo con la presencia de Callejeros. Ambas bandas se enojaron y se desencadenó una riña que acabó con el mánager de LJP internado y el show interrumpido. Vázquez volvió a tocar con Callejeros en septiembre de 2006 en el Chateau Carreras de Córdoba, luego de varios intentos frustrados y bajo un fuerte operativo policial.

En el juicio, la fiscalía pidió 15 años de cárcel para él por “cohecho activo” (al igual que el resto de sus compañeros). El tribunal lo absolvió el 19 de agosto pasado.

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