EL PAíS › LUEGO DE 20 AÑOS, EL FRENTE CIVICO PERDIO EN CATAMARCA EN MANOS DEL FRENTE PARA LA VICTORIA

Batacazo K en la primera elección del año

La kirchnerista Lucía Corpacci obtuvo el 48,2 por ciento de los votos y derrotó por 4 puntos al radical Eduardo Brizuela del Moral, quien buscaba su tercer mandato como gobernador. El FpV también ganó la intendencia de la capital.

 Por Sebastian Abrevaya

Desde Catamarca

Los dueños del batacazo: el nuevo intendente, Raúl Jalil, junto a la gobernadora electa y su vice, Lucía Corpacci y Dalmacio Mera.
Imagen: Télam.

En una jornada histórica, el Frente para la Victoria rompió anoche con 20 años de hegemonía del Frente Cívico y Social en Catamarca. Respaldándose en la imagen de la presidenta Cristina Kirchner, la senadora nacional Lucía Corpacci se convirtió en la primera gobernadora mujer de Catamarca, derrotando al radical Eduardo Brizuela del Moral, que aspiraba a su re–reelección. El vicepresidente Julio Cobos había viajado a la provincia, avisó, a acompañar a su amigo “en la victoria o en la derrota”. Mientras en el bunker del FpV cantaban eufóricos la Marcha peronista, en el Comité provincial militantes de la UCR lloraban su derrota. Al cierre de esta edición, el peronista Raúl Jalil también ganaba la intendencia de la capital provincial, tradicionalmente un bastión del Frente Cívico.

“Le dedico el triunfo a la Presidenta. Con esta victoria ganamos todos, gana Cristina, gana Lucía y gana Catamarca”, aseguró Corpacci en conferencia de prensa, luego de considerar “irreversible” la diferencia de cuatro puntos que obtenía alrededor de las 23. La senadora ratificó además su respaldo a la candidatura presidencial de Cristina. “Independientemente de nuestro triunfo, la Presidenta tiene todo para ser la candidata. La gente le reconoce sus políticas sociales de inclusión”, agregó.

Al referirse a los ocho meses que deberá esperar el kirchnerismo para asumir formalmente el poder, Corpacci sostuvo que van a “colaborar” con el mandatario saliente. “Nosotros somos democráticos”, insistió. En un discurso centrado y tranquilo, la senadora evitó cuestionar a Cobos y consideró “lógico” que viniera a acompañarlo a Brizuela del Moral. “Sentimos una enorme responsabilidad, una enorme alegría y un orgullo inmenso”, concluyó Corpacci, quien dijo que no debería ser distinto que el gobierno esté en manos de una mujer o de un hombre.

En 1991, cuando el gobierno de Ramón Saadi fue intervenido por el caso del asesinato de María Soledad Morales, el peronismo quedó relegado del poder por dos décadas. A las 23.30, con el 96,6 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula Corpacci-Dalmacio Mera obtenía el 48,24 por ciento de los votos, mientras que Brizuela del Moral-Ricardo Guzmán alcanzaban el 44,16 por ciento. La hermana del sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, Liliana Barrionuevo, quedó en un muy lejano tercer puesto y ni siquiera alcanzó a entrar como diputada provincial, lista que también encabezaba. “Sabíamos que ganábamos”, dijo Corpacci al ingresar a una alborotada conferencia de prensa poblada de bombos y banderas.

Para alcanzar la victoria, fue clave la buena elección del FpV en la capital, que concentra casi el 50 por ciento de la población provincial. Por un margen estrecho, el peronista Raúl Jalil le ganó a Luis Fadel, el candidato del FCyS. Otro distrito clave fue Valle Viejo, donde se consagró intendenta la dirigente social Natalia Soria.

Desde la quinta de Olivos, la Presidenta se comunicó con Corpacci y con Dalmacio Mera para felicitarlos por la victoria, y se espera que en los próximos días la gobernadora viaje a Buenos Aires para reunirse con ella. Corpacci y CFK mantienen además un vínculo familiar, ya que el esposo de la catamarqueña, Angel Mercado, es el sobrino del dirigente local Armando “Bombón” Mercado, ex esposo de Alicia Kirchner y ex cuñado de Néstor Kirchner. “Borom bom bom, borom bom bom, para Cristina la reelección”, cantaron interminablemente en el Hotel Ancasti, donde el FpV tenía su bunker de campaña. No faltaron, además, cánticos para el vicepresidente: “Un minuto de silencio, para Cobos que está muerto”.

En medio de la fiesta kirchnerista, reapareció Ramón Saadi para reclamar su cuotaparte en la victoria. “Yo participé como militante y como dirigente de un sector importante”, remarcó. A la euforia que se vivía en la plaza principal y en el bunker se sumaron varios dirigentes nacionales: el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey; el de Entre Ríos, Sergio Urribarri; y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, que cerca de las 10 de la noche se subió al Tango 01 para llegar, aunque sea tarde, a celebrar.

Recién a las 23.30, el gobernador habló para reconocer la derrota. “La tendencia es irreversible”, dijo Brizuela del Moral visiblemente amargado. Ya se había comunicado con Corpacci para felicitarla y hablar de una “transición ordenada”. El recientemente renovado Comité provincia era la contracara del kirchnerismo. Cuando todavía no se conocía una tendencia firme, ya se podía percibir el clima de tristeza en los pocos dirigentes que se encontraban allí. A medida que fueron llegando los cómputos oficiales, la tristeza se fue profundizando hasta llegar a las lágrimas.

Además de Cobos, el presidente del Comité Nacional, el alfonsinista Angel Rozas, y el precandidato presidencial Ernesto Sanz viajaron a Catamarca. Tanto Rozas como Sanz prefirieron el bajo perfil y no hicieron declaraciones tras la derrota.

Por la tarde, cuando apenas cerraron los comicios, había comenzado la guerra de boca de urna, como una repetición de lo que habían sido los últimos días de la campaña, en los que tanto desde el Frente Cívico y Social como del Frente para la Victoria se adjudicaban una estrecha ventaja. Un encuestador del FpV dio una ventaja de 2,5 puntos según sus cómputos. Inmediatamente, el ministro de Gobierno provincial, Javier Silva, salió a responder por medio de una importante radio local: “Ganamos por 5 puntos”, aseguró, sin dar demasiadas precisiones. Lo mismo señalaban voceros de la gobernación: “No menos de cuatro puntos a favor nuestro”.

La única vez que se lo escuchó al gastronómico Luis Barrionuevo fue bien temprano, cuando fue a votar. Fiel a su estilo provocador, dijo que se iba a sentir “muy feliz” si perdía el kirchnerismo. Además cargó contra el acuerdo electoral alcanzado entre el PJ local y el kirchnerismo. El líder de la CGT Azul y Blanca vaticinó que “se va a ver una visión diferente del PJ”, una vez que gane el Frente Cívico. “El lunes tenemos que comenzar con una reestructuración del peronismo”, anticipó. Barrionuevo, triste, no volvió a hacer declaraciones.

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