EL PAíS › LAS PERSPECTIVAS DE LA FóRMULA MACRI-MICHETTI

Amarillos y porteños

 Por Raúl Kollmann

La decisión de Mauricio Macri de sumar a Gabriela Michetti a la fórmula presidencial es evaluada bien por consultores, aunque en el marco de una estrategia que también levanta críticas: que ambos candidatos sean amarillos –el color del PRO– y porteños. De manera que las opiniones no son para nada unánimes en el saldo.

Para Fidanza, la decisión de Macri fue buena. “Michetti tiene buena imagen nacional y eso ayudará. Respecto de la PASO, el problema es que, por ahora, sus socios (UCR y CC) le están aportando poco caudal electoral a Macri. Cuando se selló el acuerdo, la mayoría de los votantes del radicalismo y de Carrió ya habían optado por el PRO”.

Artemio López también señala los pro y los contra: “Michetti agrega mejor imagen pública y nivel de conocimiento respecto de otras figuras disponibles para secundar al intendente Macri en la formula. Pero no altera la proyección nacional del PRO, que sigue fuertemente limitado a los limites porteños, tanto conceptual como electoralmente. De hecho, toda la saga de elecciones provinciales tuvo al PRO muy por debajo de los augurios de los editorialistas opositores porteños y le esperan nuevos traspiés en grandes distritos que consideraban propios como Córdoba”.

“Mauricio Macri apostó al amarillo y decidió ir más allá de un resultado electoral –afirma Bacman–. En forma independiente a su intención de ganar, priorizó la idea de construir un nuevo partido político montado sobre dos elementos: un PRO de fuerte anclaje en un solo distrito (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y un radicalismo en crisis que le comienza a brindar estructura territorial de alcance nacional en varios distritos. Pero con una condición, que se cumple a rajatabla pase lo que pase: la conducción es PRO, los principales candidatos son del PRO, el color es amarillo, la marca de la alianza electoral es Cambiemos. Y en tal contexto no queda duda alguna que Gabriela Michetti es mejor candidata que Marcos Peña, sustancialmente por su nivel de conocimiento, por su mayor carisma y por su imagen positiva. Es una cuestión puramente táctica; desde lo simbólico no agrega demasiado.”

“Michetti es una buena candidata para reforzarlo –acota Mora y Araujo–. Pero Macri necesita reforzar su impacto de campaña para lograr un shock de crecimiento.”

Hugo Haime considera que “el tema de la campaña de Macri es su propuesta de cambio, la cual por ahora carece de matices. Frente a una sociedad que si bien mayoritariamente quiere cambio, esa demanda de cambio no supone cambio total. Ese cuadro de situación, a la que suma una prédica antiperonista, le quitan flexibilidad para llegar a los sectores populares. La presencia de Michetti ablanda la figura del empresario y le agrega sensibilidad social. Igualmente, parece demasiado porteña para un electorado nacional que desconfía de los porteños. Su interna con Sanz y Carrió no lo potencia. Por el contrario, le quita votos que necesita para potenciar su figura, más allá de que después se cuenten como parte del mismo espacio político. No obstante, si logra que Massa desaparezca del escenario, polarizará la elección”.

“Veremos lo que marcan las encuestas la semana próxima –evalúa escéptico Ricardo Rouvier—, pero no espero grandes cambios. La elección de Michetti es mejor que Peña, sin duda. Le abre la posibilidad de producir nuevos acercamientos al enriquecer comunicacionalmente a la fórmula del PRO. La elección de la senadora muestra el impacto que produjo la decisión presidencial. El PRO tiene que acumular mayor potencia de fuego, porque lo que ofrece el oficialismo es contundente y sin fisuras por adentro. Ni la UCR, ni la CC ponen en peligro el triunfo del jefe de Gobierno porteño en las PASO. Es más, diríamos que el peso de la competencia recae muy fuertemente en Macri, y no en sus aliados. El aporte de los radicales y Elisa Carrió, por ahora, es muy escaso.”

Para Del Franco, “Mauricio Macri, finalmente, cierra el círculo propuesto por él mismo antes de las PASO porteñas, en el que disponía a Rodríguez Larreta en la candidatura a jefe de Gobierno y Michetti como compañera de fórmula presidencial. Gabriela Michetti, además de ser PRO pura –como gran parte de este espacio político prefiere– tiene una imagen positiva importante en la opinión pública, que podría subsanar ser una fórmula tan porteña. Hay experiencia de que pueden armar buena sinergia como compañeros de fórmula, pudiendo repetir el efecto de que Gabriela Michetti sea para Macri su vínculo afectivo emocional con el electorado. Efecto que él aun necesita. La UCR y la CC, a través de Sanz y Carrió, hasta el momento han funcionado como fidelizadores de los radicales y filo radicales que queriendo votar al PRO como alternativa no estaban muy seguros de hacerlo apoyando directamente la boleta de Mauricio Macri. Ambos son hoy un puente de plata que podrían continuar seduciendo a una parte menor de los hoy electores al Frente Renovador y mantenerse en tensión con los hoy votantes de Margarita Stolbizer.”

Ignacio Ramírez piensa que “si bien Mauricio Macri ha decidió en los últimos tiempos correr riesgos y eso puede ser leído como una interesante pulsión de poder (dando por cerrada la etapa estudiantina del PRO), lo cierto es que la fórmula diseñada presenta visibles problemas. Los criterios subyacentes para completar una formula presidencial en general están vinculados con la necesidad de reparar una falta y de proyectar un mensaje. En ese sentido, la elección de Gabriela Michetti, lejos de rellenar una falta (un perfil más federal y/o popular del PRO) consolida un perfil excesivamente aporteñado y endogámico. Asimismo, como mensaje, la elección de Gabriela Michetti puede ser leído en clave de nosotros no abrimos la cancha, un signo de autosuficiencia que las encuestas de ninguna manera convalidan”.

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