EL PAíS › EL PRESIDENTE TRANSMITE CONFIANZA

“Va a haber acuerdo”

Habrá querido transmitir un poco de confianza. O tendrá esperanza en que el FMI se conmoverá ante las necesidades del país. “En definitiva, vamos a tener acuerdo”, pronosticó ayer el presidente Eduardo Duhalde antes de viajar a Puerto Iguazú, y enseguida reveló en qué se basaba su optimismo: “A Argentina se le están pidiendo modificaciones que hagan más creíbles la sustentabilidad de su programa. Y de los diez puntos que nos pidieron, ya ocho lo hemos completado”. Ese argumento había acrecentado las esperanzas de Jorge Remes Lenicov, quien descontaba que Anoop Singh aprobaría la asistencia financiera apenas llegara a la Argentina. Pero todo resultó más difícil: la ayuda sigue en veremos y, con ella, la suerte del Ejecutivo.
Esta situación fue definida por el gobernador de La Pampa, Rubén Marín, quien ayer recalcó que “la ayuda del FMI a la Argentina es fundamental y determinante para salir de la actual situación”. En otras palabras, que la salida de la crisis económica depende dramáticamente del organismo que preside Horst Koehler. En el Gobierno lo saben, y aunque aseguran que la asistencia llegará, tampoco descartan que el país se quede sin el auxilio del FMI. El propio Duhalde lo reconoció ayer en forma implícita, luego de explicar que “lo peor” para la situación actual de la Argentina “es no defender lo que ha quedado de su sector industrial y productivo”. “A ver si lo desprotegemos totalmente y, después, tampoco recibimos la ayuda”, afirmó el primer mandatario.
Pero si Duhalde admitió la posibilidad de que el FMI niegue la asistencia financiera, también se preocupó por desmentir otra vez los rumores sobre un eventual alejamiento del Gobierno. Calificó como “absurdas” esas versiones y aseguró que no piensa renunciar de ningún modo. “En mi caso, cuanto más difícil sea la situación, más tengo que aferrarme al timón”, aseguró. Y destacó que su decisión “es sacar a Argentina adelante”. Según el propio Duhalde, una de las condiciones para lograr la reactivación –“proteger el sector industrial y productivo”– lo llevó a impulsar la ley de quiebras, una de las objeciones que puso el FMI. “El país va a resolver sus problemas no cuando no estén las 15 empresas grandes, sino cuando tengamos 150”, señaló el Presidente, quien agregó que “es imprescindible que haya empresas importantes y fuertes”.
Aunque el Gobierno también sufre con las constantes alzas del dólar. Porque la cotización de la moneda estadounidense es uno de los indicadores que revela la incertidumbre que existe en torno a la tan postergada ayuda del Fondo. Además, una suba imparable del dólar podría contribuir a que se haga realidad el fantasma de la hiperinflación, que tanto asusta al equipo económico de Remes Lenicov. En respuesta a esto, Duhalde se manifestó “tranquilo de conciencia” por haber dicho que el valor de la divisa norteamericana bajará hasta una cotización cercana a los dos pesos. Y después enumeró las causas de la suba del dólar. “(El país) está pasando por una incertidumbre muy grande porque no se sabe si llegamos o no a un acuerdo con el Fondo, lo que es muy importante y además los bancos no están liquidando las exportaciones”, razonó.
Para enfrentar los problemas, el Ejecutivo se propone combinar una dosis de realismo con un estilo de gestión que muestre a un Presidente activo que impulsa todo el tiempo proyectos. En ese marco se entiende la decisión de Duhalde de “darle ritmo a la reforma del Estado”. Al respecto, el jefe de Estado adelantó que “todas las semanas” se debatirá un plan que luego será presentado como proyecto de ley. Habrá que ver si con eso alcanza.

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