EL PAíS › HABLA KAUL, DE LA AMIA

“Galeano fue el que tiró todo”

El presidente de una de las organizaciones que convocan al acto de mañana en Congreso perfila cuál es la postura de la AMIA: rescata el fallo del tribunal oral y cuestiona duramente a Menem, Corach, Beraja y Galeano.

 Por Martín Granovsky

Al revés de la DAIA, que vio el peor momento de la causa por el atentado del ‘94 en el fallo del Tribunal Oral Número Tres del jueves pasado, el presidente de la AMIA rescató ante Página/12 que los jueces hayan hablado de complot del Estado y establecido “una verdad”.
–¿Para qué convoca la AMIA al acto de mañana?
–Para que la ciudadanía señale ante el Poder Judicial y ante el poder político que queremos vivir en un Estado donde imperen la Justicia y la democracia. Después de 10 años no tenemos ningún responsable. En cambio sí podemos tener una certeza: desde el Poder Judicial y el poder político entorpecieron la investigación. No pusieron voluntad. Y las fuerzas de seguridad fracasaron tanto en la prevención como en la investigación. Estamos desprotegidos.
–Pero todo eso ya pasaba antes del fallo del jueves pasado. ¿La AMIA critica el veredicto? ¿El acto es contra el Tribunal Oral?
–No, de ninguna manera. Es un acto contra la impunidad. Contra el hecho de que después de diez años no tengamos nada. A favor de apoyar una Justicia honesta, que se ubique éticamente a favor de las necesidades de la población. Tenemos disensos con algunos elementos planteados por el tribunal. Pero valoramos algo: es muy serio que un tribunal denuncie al Estado como hicieron ellos. El tribunal habló incluso de la responsabilidad de los tres poderes del Estado. Antes del juicio yo planteaba algunos elementos que me parecía que el juicio iba a demostrar. También pedía que los jueces no se limitaran a decir que no hay suficientes pruebas. Y bien: hicieron más que decir que no había pruebas suficientes. Señalaron irregularidades graves en el Estado.
–¿Lo sorprendió el fallo?
–Sólo en la parte referida a Carlos Telleldín. El resto no. El juicio oral demostró que el atentado sí se cometió con coche bomba, que se encontró un motor que pertenecía a Telleldín y que él lo vendió. La sociedad no le cree cuando dice que no sabía el destino de la trafic. Igual, quiero esperar a tener los fundamentos.
–¿Lo sorprendió la crítica al juez Juan José Galeano?
–Coincido con el cuestionamiento. Galeano es el principal protagonista en el juicio. Él fue el que tiró todo abajo y creó la incertidumbre también sobre los acusados.
–¿Qué posibilidad concreta se abre ahora?
–Trabajar seriamente en las otras pistas, como la pista siria. En el juicio oral hubo testimonios de que en el ‘95 los investigadores estaban detrás de la pista siria y recibieron un llamado desde el poder político para abandonarla. Bueno, ahora sigamos todo. El tribunal confirmó que hubo una Trafic con 300 a 400 kilos más, con nitrato de amonio más TNT más otros elementos. Nadie trajo en un avión 400 kilos de esas sustancias. Alguien tuvo que proveerlas. Alguien tuvo que hacer inteligencia. Alguien debió averiguar si la AMIA tenía custodia suficiente. Alguien evaluó y decidió en qué momento del año cometer el atentado.
–¿Cuál fue para usted la responsabilidad mayor de Galeano?
–Que un día llegó y dijo: “A partir de ahora ustedes tienen que investigar la conexión policial”. Como esa conexión no quedó probada, los jueces del Tribunal Oral decidieron declarar nulo el resto de los elementos del juicio. La irregularidad madre impidió que otros elementos presentados fueran tomados en consideración. De todos modos, yo insisto en esperar los fundamentos de la sentencia. Quiero ver si quedó establecido qué hacía Juan José Ribelli en la Triple Frontera y qué pasó con su herencia de dos millones de dólares. Eran todos delincuentes.
–Un delincuente puede robar, evadir impuestos e incluso matar, pero no haber matado en la AMIA.
–Sí, Galeano no nos dejó determinar la verdad. Así se generó una incertidumbre muy grande. El Tribunal Oral hizo una denuncia muy grave. Habló de complot.
–¿Para usted hubo complot?
–Los jueces dicen que hubo un armado y un encubrimiento. Significa que se intentó ocultar algo o a alguien. ¿Qué? ¿A quiénes intentaron cubrir o encubrir?
–Usted hablaba al principio del poder político. ¿A quién se refiere?
–Lo más trascendente está circunscripto a un período muy específico, el de Carlos Menem. No creo, por ejemplo, que un ministro del Interior como Carlos Corach pudiera actuar tan libremente como dice. A Carlos Ruckauf y al brigadier Andrés Antonietti la AMIA les está haciendo juicio. Ruckauf, que era ministro del Interior, dijo que de entrada la causa se la giraron a la responsabilidad de Antonietti. Antonietti dijo que nunca se habló de la AMIA en una reunión de gabinete. El 18 de julio denuncié a Hugo Franco como traidor. Me acaba de iniciar juicio ante un tribunal por calumnias. Pero voy a demostrar que la Dirección de Migraciones que él dejó era el mismo caos que tenía la Dirección cuando llegó. Voy a exigirle que pida perdón a los familiares por no haber cumplido con sus deberes de funcionario público. Por no mostrar convicción y deseo de encontrar a los responsables. No me quedó algo claro en la carta que Menem acaba de escribir para disculparse. ¿Tanto le cuesta decir que en la causa AMIA se equivocó o no hizo lo suficiente?
–¿Usted culpa a Menem por el atentado?
–Lo culpo por no haber puesto la energía suficiente en esclarecerlo. Aquél era el momento para hacerlo, máxime que dos años antes había sido el atentado a la embajada de Israel. La sorpresa fue el ‘92, no el atentado a la AMIA.
–¿Varios de los dirigentes de la comunidad judía no deberían decir también qué errores cometieron?
–El Tribunal Oral pidió investigar a Rubén Beraja. Recuerde que con él hasta terminamos mandándonos cartas documento. Incluso llegaron a filmarme gritando contra él. Yo quería que él aportara los nombres que se había comprometido a dar una semana antes en Memoria Activa. Ahora corresponde, como sucede con todos los demás, que Beraja sea investigado. Queremos la verdad absoluta. No nos interesa si hay un dirigente judío involucrado. Beraja no puso la bomba ni planificó el atentado. Pero no hizo la presión suficiente sobre el Gobierno de turno. Esa es la sensación de la mayoría de los miembros de la comunidad judía. Debió haber sido más enérgico cuando estaban las posibilidades a mano. ¿Qué vamos a hacer ahora, juntar lo que queda con una palita?
–¿No le queda ni una pizca de optimismo?
–En la Argentina las pistas y las pruebas son como la dialéctica. Nada se pierde y todo se transforma. Estoy seguro de que hay copias de documentación, aunque sea para el chantaje de unos contra otros. En algún momento aparecerán públicamente.
–¿Coincide con la idea de una Conadep para el caso AMIA?
–Es necesario hacer una investigación seria de qué pasó con la causa. Por qué transcurrieron 10 años y no hubo ningún responsable. Si se habla de Conadep es porque no hay confianza en la Justicia. Muchos van a ir mañana al acto pensando: “Que no me vaya a tocar ese juez a mí”. Yo pido que también vayan al acto para demostrar afecto a todos los familiares. Es tremendo saber que uno perdió a un hijo, a una esposa, a un padre, y no tiene nada en las manos. Uno así se siente un pelotudo como ciudadano.
–Cuando habla del poder político, ¿también habla del Gobierno de Kirchner?
–Diferenciemos. Hablemos, mejor, de Néstor Kirchner. El, personalmente, tiene una gran vocación de búsqueda de justicia, que excede al Gobierno en general. Para él, como para los que pasamos por la universidad en los ‘70, y no se olvide de que yo me recibí de psicólogo en 1975, el tema de la justicia y de los derechos humanos es fundamental. Más que pensarlo, Kirchner lo siente. Es más profundo todavía. Pero todo el Estado no es mágicamente nuevo y distinto a lo que era en la década del ‘90. Kirchner dio una indicación: “Yo abro los archivos de la SIDE”. Pero mis abogados me dicen que hay tres carpetas que no estaban: la de la Bonaerense, la de Wilson dos Santos, la de Nasrim Mojtari. Cada director se llevó algo. Kirchner levantó el secreto de Estado. La AMIA apoyó esa decisión en el juicio. Esto dio luz a toda la situación que acaban de denunciar los jueces: descubrieron el pago ilegal a Telleldín. Nosotros habíamos denunciado cosas desarticuladas. A funcionarios del gobierno menemista por la poca voluntad. O a la SIDE por no prevenir el atentado. La diferencia entre el ayer y el hoy es que los jueces del tribunal oral dieron el contexto de una trama armada. Nos dejó shockeados que desde el Gobierno y las fuerzas de seguridad se haya podido maquinar una situación como ésta.
–¿Qué política seguirá la AMIA con las causas que vienen?
–Hay una verdad planteada por los jueces. Después veremos. El futuro de la causa AMIA es responsabilidad de mi conducción. La política será de la comisión directiva, no de los abogados. Como AMIA, vamos a actuar de manera autónoma. Yo aprendí mucho. Sé dónde estamos parados y cuál es la situación.

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