EL PAíS › EJERCICIO DE TROPAS ARGENTINAS Y CHILENAS EN SANTA CRUZ

Juego armado para derretir el hielo

Los ministros de Defensa de Argentina, José Pampuro, y de Chile, Jaime Ravinet, calificaron como “normal” la relación entre ambos países. La tensión se había generado por un artículo publicado por el ahora canciller chileno, quien calificó al peronismo como “fascistoide” y hasta criticó al presidente Néstor Kirchner.

“Normalidad.” Esa fue la palabra elegida por los ministros de Defensa de Argentina, José Pampuro, y de Chile, Jaime Ravinet, para graficar el estado que atraviesan las relaciones diplomáticas entre ambos países, luego del malestar que provocaron en el gobierno nacional las expresiones del flamante canciller trasandino, Ignacio Walker, en las que criticó al peronismo y al presidente Néstor Kirchner. Tras una semana tensa entre Buenos Aires y Santiago, el ejercicio militar conjunto Solidaridad 2004 que se desarrolló en la provincia de Santa Cruz se convirtió en el escenario propicio para acercar posiciones.
Los encargados de dar esta señal de distensión fueron Pampuro y su par Ravinet, quienes coincidieron en que el incidente bilateral puede darse por saldado. “Ya está superado el tema”, dijo el funcionario argentino. No hubo gestos exagerados, ni expresiones cargadas de cordialidad, pero ambos ministros avanzaron en la dirección conciliadora elegida por las administraciones de Néstor Kirchner y Ricardo Lagos. Lo hicieron durante una conferencia de prensa que ofrecieron al finalizar las maniobras combinadas entre las fuerzas armadas de ambos países.
Pampuro aseguró que este tipo de ejercicios “son una muestra de integración, para solucionar problemas de uno y otro lado de la cordillera”. Casi con las mismas palabras, su par chileno destacó que este encuentro patagónico sirvió para ilustrar “la normalidad que reina en la relación entre ambos países”.
“Ahora hay que hablar de integración”, señaló el titular de Defensa argentino, y dio por finalizadas las referencias al cruce que generó el artículo publicado en mayo por Walker, recientemente designado canciller chileno. En la nota, titulada “Nuestros vecinos argentinos”, publicada en plena crisis por la exportación de gas a Chile, el flamante funcionario de la Concertación gobernante describía al peronismo como un partido con ciertos elementos “fascistoides”, y aseguraba que Kirchner “se encuentra empeñado en cuidar su popularidad” y no cumple sus contratos.
El gesto de acercamiento llegó luego del “desencanto” expresado desde el Palacio La Moneda tras la no aceptación por parte del gobierno argentino de las disculpas públicas ofrecidas por Walker. Sin desconocer la legitimidad del enojo de Kirchner, desde el gobierno chileno deslizaron la sensación de que el mandatario argentino estaba “sobredimensionando” el asunto. Tampoco cayó del todo bien en suelo chileno el “rechazo a los dichos de Walker”, que fue votado unánimemente por los senadores de la bancada justicialista en el Congreso.
La visita del ministro Ravinet a Santa Cruz para participar del operativo Solidaridad 2004 sirvió para aflojar tensiones y reactivó la agenda diplomática entre Chile y Argentina, dominada durante toda la semana por el incidente Walker. “Es una muestra lógica de cooperación e integración”, aseguró el funcionario chileno.
El ejercicio combinado se basó en el simulacro de una situación de emergencia en la localidad de 28 de Noviembre, ubicada a pocos kilómetros de Río Turbio. Ambas fuerzas trabajaron sobre la eventual necesidad de tener que brindar ayuda humanitaria en la región, y para ello movilizaron casi doscientos efectivos, un avión Hércules C-130, dos helicópteros, vehículos de combate M-113, unidades móviles de sanidad y una planta potabilizadora de agua.
Junto a Ravinet y Pampuro estuvieron además el flamante embajador chileno en Argentina, Luis Maira Aguirre, quien quedó en medio de fuego cruzado cuando se desataron los roces diplomáticos, y el jefe de Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jorge Chevalier.
Pese a la voluntad conciliadora demostrada por los gobiernos de Kirchner y Lagos, las ediciones en Internet de los principales diarios chilenos reproducían ayer por la tarde las declaraciones periodísticas en las que el canciller Rafael Bielsa afirmó que “Kirchner no le va a estrechar la mano a Walker”. “Bielsa: Con Walker no se podrá trabajar”, decía en suversión digital El Mercurio, el matutino en el que fue publicado meses atrás el artículo de la discordia.
Aunque la reactivación de la agenda entre Chile y Argentina ayudará sin dudas a cicatrizar las heridas, la posibilidad de que Kirchner viaje a Santiago sigue estando en stand by.

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El ministro de Defensa, José Pampuro, y su par de Chile, Jaime Ravinet, estuvieron en Santa Cruz.
 
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