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Bush estará en Mar del Plata y se reunirá con Kirchner

Lo confirmó ayer el vocero de la Casa Blanca. Bush vendrá a la Cumbre de las Américas, que se hará en Mar del Plata entre el 3 y el 5 de noviembre.

La Casa Blanca confirmó que el presidente George W. Bush vendrá a la Argentina para participar de la Cumbre de las Américas que se realizará entre el 3 y el 5 de noviembre en Mar del Plata. Además, su portavoz, Scott McClellan, anunció que durante la visita Bush mantendrá una reunión con el presidente Néstor Kirchner. De esta forma, quedaron desvirtuados los rumores sobre el posible faltazo del presidente norteamericano que se habían echado a rodar luego de una dubitativa declaración del embajador Lino Gutiérrez. La confirmación llevó alivio al Gobierno, que temía una cumbre sin brillo ante la ausencia del hombre más poderoso del mundo.
Aquella declaración de Gutiérrez tenía su sal. “Nunca se puede confirmar en un ciento por ciento la visita de un presidente norteamericano”, dijo semanas atrás el embajador en Buenos Aires. A partir de ahí, las dudas. Entre las posibles razones para la ausencia se especuló con que el servicio secreto de Bush había detectado fallas en el esquema de seguridad previsto para la cumbre, un posible enojo norteamericano por las diferencias que se palparon en las reuniones preparativas respecto de lo que será el documento final del encuentro y también la reticencia de Bush de salir de Estados Unidos dado el estado de convulsión interna que vive allí luego del dramático paso del huracán Katrina.
Cuando Kirchner viajó a Nueva York para participar de la Asamblea General de la ONU, la comitiva argentina se mostró atenta a una confirmación por parte de Bush. Lo más cerca que estuvieron fue cuando Carlos Reutemann saludó brevemente al presidente norteamericano y le preguntó si se verían en noviembre en Mar del Plata. “Claro, claro”, le respondió el norteamericano, aunque nadie se animó a tomar esa declaración accidental como una confirmación oficial. El canciller Rafael Bielsa bromeó luego y dijo que la única duda de Bush era si debía traer la malla. Fue el propio embajador Gutiérrez quien se desdijo en parte la semana pasada cuando visitó La Feliz y recorrió los hoteles en los que se desarrollará la cumbre. Por un lado, no ahorró en elogios a la organización –dijo estar “muy satisfecho” con lo que había visto– y pronosticó una cumbre exitosa. Por el otro, confirmó la presencia de Bush en “un 99,9 por ciento”, cuestión de mantener aquella afirmación de negar un 100 pero no dejar dudas sobre la venida de su presidente.
Las idas y vueltas quedaron sepultadas ayer cuando el vocero McClellan y luego el sitio de Internet de la Casa Blanca dieron detalles de los movimientos de Bush en noviembre. El presidente norteamericano estará en Argentina entre el 3 y el 5 de noviembre, de aquí partirá a Brasil, respondiendo a una invitación de Luiz Inácio Lula da Silva, para reunirse con él entre el 5 y el 7. Por último, ese mismo día tiene previsto un encuentro en Panamá con el presidente Martín Torrijos.
El vocero puntualizó que será la tercera participación de Bush en las Cumbres de las Américas desde que llegó al poder en enero de 2001 y añadió que este viaje le “permitirá continuar el diálogo con los líderes del hemisferio elegidos democráticamente”. La referencia, obvia, es a Fidel Castro, quien no participó de las últimas reuniones continentales.
Confirmada la presencia de Bush, la atención estará centrada entonces en la parafernalia de seguridad que acompaña al jefe de la Casa Blanca a cada paso y en los tironeos en torno del documento final de la cumbre. Este último ítem ya provocó cruces entre el embajador de Estados Unidos ante la OEA y el hombre de Washington para las cumbres continentales, John Maisto, y el vicecanciller argentino, Jorge Taiana.
El lema de la cumbre será “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”; el inconveniente es que los libretos de cada gobierno son diferentes. Para Estados Unidos y Canadá ese objetivo se logra favoreciendo la competitividad regional y volviendo más eficaces las políticas macroeconómicas. En cambio, el esfuerzo de la Cancillería argentina está centrado en que los esfuerzos de la región se ocupen del nivel de ingresos de los más pobres y de su acceso a la salud, la educación, la vivienda y los servicios vitales.

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La Casa Blanca destacó que Bush participó de las tres últimas Cumbres de las Américas.
 
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