EL PAíS › EL PRESIDENTE MADURA SU PROXIMO GABINETE

Muchos más pingüinos

Kirchner desechó los nombres que aparecieron en los medios. Varios colaboradores sostienen que el staff estará compuesto por hombres de su extrema confianza y patagónicos. Nadalich, Bontempo, Varizat, Icazuriaga, por nombrar algunos. Faltaría el canciller. Cómo arma su poder el Ejecutivo en el Congreso de la Nación.

 Por Sergio Moreno

No hay, a excepción del presidente Néstor Kirchner, quien sepa cómo quedará finalmente confirmado su equipo de colaboradores después del 10 de diciembre próximo, cuando los ministros, secretarios y subsecretarios de Estado que asuman sus flamantes bancas en el Parlamento dejen sus cargos en el Poder Ejecutivo. Pero sí existe la convicción de las características que tendrá. “El gabinete será más pingüino que el actual”, dice un habitante del primer piso de la Casa Rosada. “Muy, muy pingüino”, abunda, con similar caracterización y mayor énfasis, un ministro. Esto significa que el Presidente ha decidido cincelar su staff con patagónicos de ultraconfianza, cercanos a su pensamiento. Atrás parece quedar la idea de abrir el gabinete, de ampliar la base de sustentación del Gobierno.
“De los que están nombrando, ninguno va a ser”, dice a sus íntimos el Presidente, en referencia a la ronda de nombres que los medios de comunicación echaron a andar, producto de los decires de Palacio. “No le están acertando”, se sonríe Kirchner, sin ocultar cierto regodeo. El Presidente se cierra.
Pero hay en el Gobierno quienes han podido hablar algunos aspectos y características de las formas que adoptará el gabinete en ciernes. “Van a ser todos pingüinos; creer otra cosa es no conocerlo”, dice a este diario un operador de la Casa Rosada que se animó a presagiar que la forma definitiva del futuro grupo de colaboradores del primer mandatario estará lista esta semana, o a más tardar la próxima.
La formación del Gabinete con pretores del Presidente echa por tierra aquella idea sostenida por varios encumbrados colaboradores presidenciales que aspiraban a abrir el espacio para ampliar la base oficial. Aquel concepto apuntaba a incorporar a algún gobernador o ex gobernador radical, a algún mandatario peronista fiel, a algún ex frepasista. A pesar de ser tan reciente, la hipótesis parece haber sido desechada por el propio Presidente.
“Se cierra sobre los propios, quiere un grupo unido, sin fisuras, detrás de él”, comenta a Página/12 un enterado integrante del Gobierno. ¿Y quiénes son los propios? ¿Kir-
chner cuenta con tantos pingüinos para llenar los casilleros que quedarán vacíos alrededor de la mesa del Gabinete?
El carrusel de nombres retoma su rutina. “Usted piense que el Presidente quiere introducir nombres nuevos a la política nacional, o promover a otros”, dice un habitual consejero del patagónico. Los nombres que están en la carpeta de Kir-chner serían:

- Juan Carlos Nadalich:
Segundo de Graciela Ocaña en el PAMI, proviene de la gestión santacruceña, muy cercano a Kirchner. Podría reemplazar a Alicia Kirchner en Desarrollo Social.

- Juan Bontempo:
Actual director de la Unidad Presidente de la Casa de Gobierno. Conocido como “Juancito caminador”, Bontempo está forjado en la cantera de Santa Cruz, rescatado por Kirchner de una pelea política con el gobernador Sergio Acevedo, vino a dar a la Casa Rosada. Es un silencioso y eficiente operador del Presidente.

- Daniel Varizat:
Diputado nacional por Santa Cruz, histórico kir-chnerista. Quizá recale en Defensa, quizás en la SIDE en reemplazo de otro pingüino, Héctor Icazuriaga, que bien podría cambiar de cartera.

“A quien parece no tener definido el Presidente es al futuro canciller, quizás el cargo más importante de los que renovará”, especula un confidente del Príncipe. La semana que pasó se había sumado a la lista de aspirantes al Ministerio de Relaciones exteriores el nombre del embajador argentino en Madrid, Carlos Bettini. De extrema confianza tanto de Kirchner cuanto de la senadora electa senadora, Cristina Fernández de Kirchner, Bettini recaló en Madrid al comienzo de la gestión. Siguiendo la palabra presidencial, Bettini no sería de la partida, por aquello de que “los que están nombrando, ninguno va a ser”, citado al comienzo. Y si bien hay quien, en la Casa Rosada, cree que el embajador en España es número puesto en el Palacio San Martín, dos habituales trujimanes del Presidente descartaron tal posibilidad.
“Kirchner piensa en Javier González Fraga, o en Martín Redrado, o en algún otro, un tapado. No serán ni Bettini ni (Héctor) Timerman (cónsul en Nueva York)”, arriesga, con alguna temeridad, un ministro que se dice conocedor del paño.
Otros de los desechados en el minué de ministeriables parece ser León Carlos Arslanian, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. El ex camarista federal que juzgó a las juntas de dictadores, ha dado a conocer su deseo de migrar del cargo provincial. En su momento se habló de un sillón en Corte Suprema, luego del ministerio de Justicia, la semana pasada de que podría reemplazar a Alberto Iribarne en dicha cartera. En los últimos días, Arslanian salió de la grilla, al menos, de hipotéticos ministros nacionales.
Kirchner siempre ha ponderado al jurista y hasta lo tentó, en algún momento, para que pegue el salto a la nación. Pero eran tiempos de fragores criminales en la provincia de Buenos Aires, mucho peores que en la actualidad. Arslanian convino hacer su trabajo allí. Ahora, un ruido se ha introducido en una línea que debería ser óptima, la que une al ministerio de Seguridad bonaerense, que él conduce, con el ministerio de Interior de la Nación, encabezado por Aníbal Fernández. Cuentan en la Rosada que la relación atraviesa un mal momento, incluso se han dejado de hablar. “Es un teléfono que no puede estar descompuesto”, arriesga un encumbrado integrante del ágora kirchnerista.
Quien sigue orbitando en el pensamiento del Presidente es Carlos “Chacho” Alvarez. Kirchner varias veces mencionó su anhelo de “tenerlo cerca”, de darle un lugar orgánico en su universo. El cargo que en diciembre deja Eduardo Duhalde, de secretario de los Representantes Permanentes del Mercosur, podría ser un destino. Kirchner debería volver a consensuarlo con brasileños y uruguayos. En ese territorio, Chacho es tan respetado como a la vera de la Plaza de Mayo.

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