EL PAíS › CONDENARON A MARTINEZ MEDINA POR CALUMNIAS

El hombre que contaba mucho

Al mejor estilo de los programas de chimentos, primero lo anunció en la tele. A principios de mayo del año pasado, Roberto Martínez Medina –secretario privado de Raúl Granillo Ocampo, ministro de Justicia durante el menemismo– dijo que tenía un anónimo que aseguraba que un tal “JF” repartía sobresueldos a los integrantes de la Corte Suprema. Al otro día fue a las radios y mantuvo el suspenso: “Es abogado y tiene un alto cargo en un organismo de control”. Le preguntaron si el “valijero” era Javier Fernández, quien en ese momento era secretario del juez de la Corte, Rodolfo Barra, y no respondió. Se guardó la primicia para llevarla a la fiscalía de Paulo Starc. Fernández lo denunció por calumnias y le ganó: ayer, la Cámara de Casación penal confirmó una condena de dos años de prisión en suspenso para Medina, impuesta por el juez federal Norberto Oyarbide en diciembre pasado.

“Francisco Javier Fernández. Su fama de valijero de Barra adquirió notoriedad en la época en que este último fue miembro de la Corte Suprema de la Nación y repartía sobres de la SIDE a (Adolfo) Vázquez, (Mariano) Cavagna Martínez y al propio Barra”, decía la impresión de computadora que Medina presentó como prueba. “En ningún momento pudo demostrar que tales afirmaciones tuvieran algún tipo de acierto. Su único fin fue difamar y deshonrar públicamente”, había sostenido Oyarbide en su sentencia.

Ayer, la Sala I de la Cámara Casación entendió lo mismo en el fallo que confirmó la culpabilidad de Medina, por haber realizado falsas imputaciones contra Fernández, ex auditor general de la Nación. “Atribuyó, a sabiendas de que ello podía resultar falso, la comisión a una persona determinada de un hecho delictivo perseguible por medio de acción pública”, detallaron ayer los camaristas Liliana Catucci, Raúl Madueño y Alfredo Bisordi, y lo obligaron a pagar la publicación de tres solicitadas en medios nacionales que reflejen la condena en su contra.

A principios de abril de este año, Medina también había sido condenado a un año y medio de prisión acusado de chantajear a su jefe, Granillo Ocampo, a quien le había solicitado dinero a cambio de no denunciarlo por supuestos hechos de corrupción. La exposición pública de Medina comenzó durante el juicio a la ex polifuncionaria María Julia Alsogaray, en mayo del 2004. Allí tiró la primera bomba: confesó que todos los meses retiraba dinero de la Jefatura de Gabinete para entregárselo a su jefe. Al otro día se inició la causa en la que se investigaron los sobresueldos, que actualmente no tiene procesados y que está a punto de prescribir.

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