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Gobernadores, sin plata; Duhalde, sin la reforma constitucional

Se reunieron todos los mandatarios con el Presidente y su equipo. Remes fue muy duro relatando la crisis. Las provincias se declararon en default. Una maniobra de De la Sota metió la interna del PJ en la reunión.

 Por Felipe Yapur

Durante algo más de cinco horas, Eduardo Duhalde buscó personalmente construir una nueva relación con los gobernadores que incluía, a cambio, el respaldo a la reforma de la Constitución para reducir los costos de la política. Sólo unos pocos mandatarios acompañaron la iniciativa. La mayoría intentó obtener alguna respuesta a temas que les preocupaban más, como la refinanciación de deuda de las provincias y la coparticipación. La crudeza con que les explicó la situación el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov desanimó a más de uno, por lo que los gobernadores anunciaron la decisión de sincerar, al igual que la Nación, el default con los bancos privados. El relato sobre la gravedad financiera inflamó al gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, quien pidió que se anunciase en conferencia de prensa un nuevo ajuste. Todos los presentes pararon en seco al mediterráneo: creyeron oír en sus palabras una maniobra de desgaste al gobierno nacional.
Si de sensaciones se trata, el Presidente puede darse por satisfecho. Sobre todo si se tiene en cuenta que la mayoría de los gobernadores coincidieron en definir que salieron “encantados” del encuentro porque “Duhalde, a diferencia de otros presidentes, estuvo presente durante toda la reunión”. Pero a la hora de hacer un balance de los logros alcanzados, los funcionarios de la Rosada no encontraron otro calificativo que un escueto “bueno”.
“El problema es que no hay una buena noticia para dar”, reconoció una fuente de Gobierno, quien en un momento temió por la continuidad del encuentro luego de que el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, se refiriera a la coparticipación: “La recaudación continúa cayendo por lo tanto se repartirá de acuerdo a lo que ingrese”, dijo. Si bien era previsible, la confirmación provocó la reacción de varios mandatarios cuyas provincias atraviesan serios problemas. Tal vez la más elocuente de todas las reacciones fue la del chaqueño Angel Rozas, quien le dijo sin rodeos al Presidente que “no podemos volver a nuestras provincias con las manos vacías”.
Duhalde y sus ministros buscaron contener a los mandatarios, que estuvieron todos sin excepción. Les prometieron saldar lo antes posible la deuda que dejó la administración de Fernando de la Rúa por la coparticipación federal de 2001. El Presidente les informó que todo estará cancelado el 23 de enero con la emisión y reparto de más de 800 millones de pesos en Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales (Lecop).
Ante el oscuro panorama planteado, Remes deslizó la posibilidad de tener que recurrir a un nuevo ajuste fiscal. Fue en ese momento, según relataron varios de los presentes, que un “inquieto” De la Sota propuso anunciarlo.
La iniciativa del cordobés fue desechada de plano, pero para muchos de los mandatarios del PJ, la actitud confirmó una sospecha: “De la Sota encabeza la reacción contra Duhalde”, dijeron al tiempo que recordaron sus estrechos lazos con el ex presidente Carlos Menem y con el ex ministro del PJ y la Alianza, Domingo Cavallo.
La mecánica utilizada por el gobierno fue extenuante. En cada uno de los puntos de la agenda se le dio la palabra a todos los gobernadores. Uno de los puntos donde se escuchó largos y por momentos vibrantes discursos fue cuando se habló de la deuda que las provincias mantienen con los bancos privados. Uno a uno los gobernadores desgranaron las penurias que les acarrea el pago en dólares de la deuda que mantienen con la banca privada y que está garantizada con la cada vez más raquítica coparticipación.
Durante el fin de semana pasado, los gobernadores intentaron incluir este tema en la ley de emergencia con la intención de pesificar estas obligaciones. Como no pudo ser, ayer le comunicaron a Duhalde una decisión terminante: suspender el pago hasta tanto se renegocie lo adeudado.
“Con Cavallo conseguimos, luego de una larga pelea, una rebaja de los intereses al siete por ciento. Con la devaluación, más la caída de la recaudación, ese porcentaje se fue a las nubes. Es necesario otra vezrenegociar”, se sinceró uno gobernador del norte que rechazó el convite a ocupar el puesto de jefe de Gabinete.
Frente a lo extenso del encuentro, el santacruceño Néstor Kirchner propuso una alternativa. Discusión bilateral entre provincia y Nación. Rápidamente se hizo un cronograma y se definió que la primera sería Jujuy. Anoche, el gobernador Eduardo Fellner permanecía reunido con el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli, definiendo con precisión los montos y los mecanismos de transferencias de recursos.
A esa altura, Duhalde y los suyos ya sabían que había pocas esperanzas de que el proyecto de reforma de la Constitución para reducir los gastos de la política encontrara el eco necesario. De todas formas lo pusieron a consideración. Salvo De la Sota, Roberto Iglesias (Mendoza) y Felipe Solá, el resto permaneció en silencio a la hora de emitir una opinión favorable. El más entusiasta fue el cordobés, quien llegó a Olivos munido de un proyecto que denominó “nuevo contrato social”. Pero no tuvo suerte. Los únicos que se expresaron en contra fueron Kirchner, Rozas y el salteño Juan Carlos Romero. El argumento del rechazo fue simple: “Se puede lograr lo mismo en cada provincia sin una reforma de la Constitución Nacional porque existen urgencias en lo social y productivo que deben ser la prioridad del Estado”.

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Duhalde se abraza con Aníbal Ibarra. A su espalda, conversan Felipe Solá, Carlos Reutemann y Manfredotti.
 
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