“Ni usted ni yo somos héroes ni mártires; los mártires son los 30.000 desaparecidos que tuvo que sufrir el pueblo argentino”, sentenció Néstor Kirchner para replicar los duros cuestionamientos que el ex mandatario radical Raúl Alfonsín hizo sobre su actuación durante la última dictadura militar. El Presidente remarcó que fue “perseguido” por la dictadura y no tenía “amigos militares que le dieran un pasaporte para irse al exterior”, para luego cargar contra las leyes de obediencia debida y punto final sancionadas durante el gobierno alfonsinista que “garantizaron la impunidad que estamos sufriendo en nuestro país”. La proximidad de la campaña electoral metió la política de derechos humanos en medio de la disputa política entre el Gobierno y el radicalismo, que impulsa un frente opositor detrás del ex ministro de Economía Roberto Lavagna.

El palco armado para la entrega de viviendas en Villa Tranquila (Avellaneda) le sirvió a Kirchner de tribuna para responderle a Alfonsín. “Cuando el doctor Alfonsín en el día de ayer (miércoles) decía que él luchó contra la dictadura y que no sabía dónde estaba este compañero que les está hablando, él sabe bien cómo fuimos perseguidos y cómo en algún momento tuvimos que sufrir detenciones por levantar nuestra voz”, subrayó.

Luego, el jefe de Estado agregó: “No teníamos amigos militares que nos dieran pasaportes o que nos pudieran defender; nos tuvimos que ir allá, a nuestras tierras, en los lejanos lugares. No teníamos asesores de nuestro partido gobernando mi provincia como pasaba en Santa Cruz”, en alusión a la participación de dirigentes radicales en la dictadura.

Alfonsín defendió la política de derechos humanos de su gobierno –como testigo convocado por la defensa en el juicio al represor Miguel Etchecolatz– y dirigió sus dardos contra Kirchner. “Corresponde que todos hagamos una autocrítica, incluso el Presidente, y que comprenda que no nació de un repollo”, dijo, para después asegurar que “me jugaba en la época del Proceso cuando otros no aparecían y ahora critican”. “Kirchner –insistió Alfonsín– les quiere hacer creer, a los que tienen menos de 30 años, que recién ahora se está iniciando la lucha por los derechos humanos, como si no hubiera habido juicios a las juntas” militares.

Kirchner respondió desde Avellaneda: “Reconozco que usted es un hombre de la democracia y el juicio a las juntas militares, pero no estoy de acuerdo con lo que hizo con las leyes de obediencia debida y punto final, porque eso garantizó la impunidad”, dijo el Presidente. “Ni usted ni yo somos héroes ni mártires; los mártires son los 30.000 desaparecidos que tuvo que sufrir el pueblo argentino”, disparó Kirchner.

La influencia de Alfonsín en el armado de un frente opositor al Gobierno metió la política de derechos humanos en medio de la disputa previa a la campaña electoral. Kirchner le pidió a Alfonsín que “aporte su experiencia a la construcción de la Justicia, que eso es lo que está esperando el país, y no a la construcción de un partido conservador que es lo que quiere detener el cambio y la transformación en la Argentina”.