EL PAíS › ANALISIS SOBRE FEBRES

Pericias de ADN

 Por Raúl Kollmann

Los forenses y genetistas que actúan en el caso de la muerte del prefecto Héctor Febres concluyeron ayer que ni bajo las uñas ni en el recto se encontró material con un perfil de ADN que no fuera el del represor. Esto significa, por ejemplo, que el líquido blanquecino encontrado en el ano, de ser semen, sería de la propia víctima. En su momento, varios forenses le dijeron a Página/12 que una muerte convulsiva como la que provoca el cianuro puede producir un pequeño derrame de semen que se desliza hasta el recto. Ayer, los forenses no reevaluaron la causa de la muerte porque todos los que participaron en la autopsia, incluyendo a los médicos de la familia, coinciden en que la prueba de cianuro fue contundente. En aquel momento no participaron de los estudios los forenses de los dos prefectos ahora procesados, Angel Volpi y Rubén Iglesias. Se rumorea que podrían pedir una contraprueba en el laboratorio de la Policía Federal.

Las pruebas sobre lo encontrado en las uñas tenía como objetivo determinar si había rastros de piel o de pelo que indicaran resistencia. Se quería descartar que alguien, en el marco de una pelea, lo haya obligado a ingerir el cianuro. Pero casi no se encontró material y por lo tanto tampoco se determinó la existencia de ADN de otra persona.

El análisis del líquido blanquecino del recto apuntaba a determinar si Febres había mantenido una relación sexual. Tal vez podía determinarse quién había estado con él la noche en la que se produjo su muerte. Según explicaron a Página/12 algunos de los participantes en los estudios de ayer, ni siquiera se intentó confirmar si el líquido blanquecino era o no semen. El único objetivo fue determinar el ADN. Se concluyó que tampoco allí se encontró un perfil genético de otra persona que no fuera el represor. Este diario había recibido datos preliminares que señalaban que se habían detectado dos grupos sanguíneos, pero esa versión fue descartada por el estudio genético, más sofisticado, terminado ayer.

Respecto de la evidencia científica más importante, que el represor fue envenenado con cianuro, existe unanimidad entre los forenses que actuaron desde el principio: los peritos oficiales, de las organizaciones de derechos humanos y de la familia. Ahora se incorporaron los representantes de los dos prefectos procesados. Para ellos, resultaría clave derribar la conclusión de que a Febres lo mataron con cianuro. No está claro cómo lo intentarán hacer, pero se habla del pedido de una contraprueba.

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