EL PAíS › ENCUESTA SOBRE EXPECTATIVAS POLITICAS

Creer en nada

Una encuesta de Graciela Römer indica que casi nadie cree que las elecciones vayan a mejorar el país, ni siquiera si se elige al candidato que van a votar. Una mayoría piensa que los cambios deben ser “drásticos” y no graduales. Los candidatos no despegan.

 Por Raúl Kollmann

Apenas dos de cada diez argentinos creen que las próximas elecciones podrían producir cambios importantes en el país. Es más, el ciudadano no tiene grandes expectativas de cambio ni aunque gane el candidato al que piensa votar. Eso explica también que la intención de voto siga encabezada por ninguno y que el candidato que más recoge sólo llega al 16 por ciento. Una mayoría de los consultados cree que los cambios en la Argentina no tienen que ser graduales sino drásticos, aplicados cueste lo que cueste.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada en exclusiva para Página/12 por la consultora Graciela Römer y Asociados. En total fueron entrevistadas 700 personas, en sus domicilios en Capital Federal y Gran Buenos Aires, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El objetivo del trabajo fue medir el estado de ánimo de la población respecto de las elecciones. “Si hasta hace dos meses la mayoría de los argentinos expresaba su deseo de adelantar los comicios, hoy, con la fecha ya definida, el 71 por ciento evidencia bajo nivel de expectativas sobre el impacto que las mismas van a tener y sobre las posibilidades de cambio en el país”, explica Graciela Römer. “El reflejo de este escepticismo generalizado en relación a las elecciones –insiste la consultora– se percibe aún entre aquellos que tienen decidido a quién van votar. Ellos mismos dicen que las posibilidades de producir los cambios demandados son escasas. En verdad, seis de cada diez personas creen que su candidato tiene pocas o ninguna chance de hacer cambios en el país.”
Los votantes de Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá son los que tienen más confianza en que sus líderes cambien las cosas. Tiene que ver con dos cosas: por un lado en que ambos ejercen liderazgos fuertes, pero además tienen la mayor parte de sus apoyos en los sectores de menores recursos que siempre tienen expectativas respecto de algún “salvador”. En la mayoría de las encuestas, justamente se percibe que Rodríguez Saá y Menem pelean por el voto de los más pobres –con ventajas nítidas del puntano sobre el riojano– y tienen poca llegada en las clases medias, donde se imponen candidatos como Elisa Carrió, Luis Zamora, Néstor Kirchner o Ricardo López Murphy. Todo esto, se percibe aún con mayor intensidad en la Capital Federal y los dos primeros cordones del conurbano, donde se realizó gran parte del trabajo de Römer.
“Existen dos dimensiones en relación con el cambio deseado –agrega la consultora–. Una, vinculada a su naturaleza y contenido, y la otra, a su estilo. En términos de la naturaleza del cambio, la población se divide principalmente entre quienes desean básicamente un cambio en las condiciones económicas y sociales del país –desempleo, pobreza, crecimiento–, mientras que otra franja reclama transformaciones político institucionales –lucha contra la corrupción, recambio total de la dirigencia, Justicia– y demandan también como prioridad seguridad pública.” Desde ese punto de vista, Carrió y Zamora son los más asociados con la idea de una renovación ética, Rodríguez Saá y Menem son vistos con mayor capacidad de liderazgo y se les atribuye posibilidades de controlar la inseguridad y a López Murphy se lo asocia con demandas de “un nuevo proyecto de país”. Kirchner aparece en ese terreno en un punto intermedio.
“Pero también está el estilo del cambio que se necesita y allí la mayoría (57 por ciento) habla de transformaciones drásticas, cueste lo que cueste, y otros dicen (39 por ciento) que hay que hacer cambios paso a paso, en forma moderada. ¿Qué sector quiere cambios más fuertes? Básicamente los que apoyan a Luis Zamora, Carlos Menem y Néstor Kirchner. Entre los más moderados, están los que respaldan a José Manuel de la Sota y hay quienes están en una postura intermedia, que son en general los votantes de Rodríguez Saá, Elisa Carrió y López Murphy”, concluye Römer.
En la encuesta se verifica nuevamente que ningún candidato enamora. Entre los indecisos, los que dicen que no van a votar a ninguno o los que lo harán en blanco, hay casi un 40 por ciento de los ciudadanos. El que encabeza la intención de voto, Rodríguez Saá, tiene el 16 por ciento, seguido con el 14 por Elisa Carrió. Pero la conclusión justamente es que, por la falta de expectativas, la elección está abierta y el ciudadano la mira con pocas ilusiones.

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