EL PAíS › EL GOBIERNO ANALIZA EL ESTANCAMIENTO DE MENEM Y DE LA SOTA

Las razones para apoyar al Adolfo

Un trabajo encargado por la Rosada muestra por qué ni Menem ni De la Sota no pueden crecer más. Ballotage con Lilita Carrió.

 Por Sergio Moreno

El asesor miraba el sondeo y cruzaba datos. No había manera de que su candidato mejore la performance, pensó. José Manuel De la Sota, con una intención de voto del 2,5 por ciento, no recogía adhesiones en ninguno de los sectores que podrían tributarle. Algo similar ocurría con Carlos Menem: la mayoría de los adeptos que supo tener se fueron hacia Adolfo Rodríguez Saá, del lado peronista, y a Ricardo López Murphy, por derecha. El asesor guardó el estudio que espera el regreso de José Pampuro para que, luego de desmenuzarlo, recale en manos del presidente Eduardo Duhalde.
El asesor es el ex manzanista Juan Carlos “Chueco” Mazzón, quien desde hace seis meses trabaja para el secretario privado de Duhalde. Pampuro formó parte de la miríada de funcionarios que acompañaron al Presidente a su viaje de descanso finsemanal a Apóstoles, Misiones, el lugar de residencia del senador y ex presidente por 48 horas Ramón Puerta. El mismo estudio que analiza Mazzón está en manos, además, del secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández, que ayer estuvo con De la Sota en un acto en el Gran Buenos Aires. Y otra copia llegó al Ministerio del Interior.
El estudio es una encuesta nacional realizada por el sociólogo Artemio López entre el 24 y el 31 de agosto pasados. Testeó 1144 casos en la Capital Federal, Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y Tucumán y sus respectivas zonas aledañas. El trabajo mide intención de voto y otorga el primer puesto a Rodríguez Saá, con el 17,9 por ciento, seguido de Elisa Carrió, que obtiene el 15,2 por ciento, y –sorpresa– por Ricardo López Murphy, que alcanza al 10,6 por ciento. Menem ocupa un lejano sexto lugar, con el 7,7 por ciento de los sufragios. En cuando a De la Sota, sólo convence al 2,5 por ciento de los consultados.
Mucho tienen que ver estos resultados con la dirección que van tomando las decisiones en la Rosada. La principal preocupación política del Presidente, hoy por hoy, es mantener el poder en su provincia una vez que deje el interinato en Balcarce 50. Duhalde está convencido de que su sucesor será un peronista. Y pretende que no sea Menem.
Los números de las encuestas lo vienen serenando en ese sentido. También le espetan el error que cometió al inducir a De la Sota para enfrentar al riojano. Desprolijo como de costumbre, Duhalde ha decidido soltar la mano del cordobés, lo que significa terminar con el apoyo financiero y logístico que le venía aportando, más allá de algún acto de ocasión que le monten en el conurbano algunos de sus fieles –como el que ayer le organizó Osvaldo Mércuri en Ingeniero Budge–.
Duhalde, entonces, al ver el drenaje que ha hecho en su tropa el poder de convencimiento del Adolfo (apuntalado por los sondeos en danza), ha decidido acercársele para cerrar un trato de no agresión y, así, mantener su territorio. En Olivos tienen en cuenta que, de ganar la presidencia –y de mantenerse el cronograma electoral y de entrega del poder–, Rodríguez Saá tendría cinco meses para influir sobre el candidato a gobernador de la provincia de Duhalde.
En el estudio que analizan en el Gobierno hay una serie de datos que dan cuenta por qué Menem no puede crecer más allá de lo que lo hizo. También explican los motivos por los cuales De la Sota no consigue levantar en la preferencia de la gente.
u Menem: el riojano tiene 7,7 por ciento de adhesiones. Si se tiene en cuenta cómo fue el voto en 1999, Menem recibe un 19,2 por ciento de quienes votaron por Duhalde, mientras que Rodríguez Saá recibe un 32 por ciento de aquellos votos y López Murphy un 7,3 por ciento. De los votantes que en la presidencial de 1999 lo hicieron por Domingo Cavallo, Menem recoge el 10 por ciento, mientras que el puntano recibe el 16 por ciento y López Murphy el 34 por ciento. De los viejos votantes de la Alianza, el ex presidente obtiene apenas el dos por ciento. De lo expuesto se colije que Menem ve acotado su crecimiento a los votos que ya ha conseguido. Los electores peronistas prefieren a Rodríguez Saá, mientras que los de derecha se inclinan por López Murphy. Aquella alquimia que lo mantuvo diez años en el poder –populismo más derecha– se ha dispersado en sus dos elementos.
u De la Sota: el cordobés obtiene el 2,5 por ciento de las voluntades del electorado, según el trabajo citado. Tomando el mismo parámetro que el utilizado recién, De la Sota no consigue drenar hacia su candidatura a los votantes. Sólo un 5 por ciento de quienes en el ‘99 lo hicieron por Duhalde tributan a su triunfo, al igual que un 0,9 de quienes votaron a Cavallo y un dos por ciento de los que lo hicieron por la Alianza. El “Gallego” no consigue nuevos votantes y tiene cerrada toda chance de crecer ya que tampoco los que anularon su voto o sufragaron en blanco en las últimas presidenciales demuestran interés en votar por él.
Con Menem en baja y De la Sota sin chances, el Gobierno pondrá sus apuestas en Rodríguez Saá. Pero el estudio en cuestión enciende una luz roja. En un hipotético escenario de ballottagge, el puntano obtiene un 38,7 por ciento contra una ganadora Lilita Carrió, que obtendría una décima más, 38,9 por ciento. Esto entra en el margen de error del trabajo (+/- 2,9 por ciento) y se considera un empate técnico.
En la Rosada podrían respirar al constatar que la candidatura de Carrió está estancada, o en descenso, y la del sanluiseño en crecimiento. Pero aún falta mucho tiempo para las elecciones y nada, en la Argentina, es absoluto.

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Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saá y José De la Sota. De los tres sólo el puntano sale ganador.
 
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