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–¿Playa o sierra?

–Me gustan los lugares de poca concurrencia humana, los lugares tranquilos. Y dentro de eso prefiero la montaña.

–¿Cuál es su lugar en el mundo?

–Tengo una deuda que es conocer más la Argentina. Nunca terminamos de conocer todo lo lindo que es este país. Hay muchos lugares que al conocerlos uno dice “éste es mi lugar en el mundo”.

–¿Apaga el celular?

–No, lo dejo prendido por razones familiares. Tengo una mamá que tiene ya 89 años y una hija adolescente, Lucía, de 20, que ya no sale de vacaciones con nosotros. También por política. Si bien no soy un obsesivo de seguir los detalles, sí estoy atento a cualquier emergencia. Sigo leyendo el diario y atendiendo el celular, más tranqui.

–¿Cuál fue la última película que vio?

–Che, el argentino, con Benicio del Toro. Me gustó. Nosotros hemos leído y estudiado tanto la Revolución Cubana que no puedo decir que algo me haya sorprendido. Pero el mérito quizá haya sido que no me aburrió.

–¿A qué hora se levanta y qué es lo primero qué hace al despertarse?

–Me levanto temprano, tomo mate con Silvia, mi mujer, y veo la naturaleza. Miro la montaña.

–¿Algún secreto para el asado?

–Me encanta hacer asado en mi casa de Castelar. Mi único secreto es que estoy muy pendiente de la parrilla. No soy de esos asadores que tiran la carne y se alejan, quizá porque son más cancheros. Yo tengo que seguir la cosa cuerpo a cuerpo, pero me salen bien. Me encanta mi casa porque tengo una parra. Comer un asado bajo la parra quizá sea mi lugar en el mundo.