EL PAíS › EL ACUERDO METALúRGICO

“Convenio histórico”

“Se cerró un convenio histórico, el cual agrega dos nuevas categorías de trabajo que significan una ampliación de derechos. Esto fortalece al sindicalismo en forma general”, señaló ayer el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en referencia al acuerdo salarial que se rubricó anteanoche para el sector metalúrgico. El ministro compartió estrado en una conferencia industrial con el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Antonio Caló, quien también se manifestó conforme con la recomposición alcanzada. El acuerdo contempla un aumento del 24 por ciento en dos cuotas que llevarán el piso salarial del sector a los 5000 pesos en julio. La patronal se comprometió a otorgar un plus no remunerativo y por única vez de 1400 pesos, que se abonará en dos cuotas iguales con los sueldos de noviembre y enero próximos, y la creación de dos categorías. “Hubiésemos preferido algunos puntos (de aumento) menos, pero celebramos que se haya revalidado nuevamente el mecanismo paritario”, dijo Página/12 Pablo Reale, titular de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Argentina (Camima).

La discusión paritaria del sector se inició el 15 de abril último. Luego de varias reuniones y amenazas de medidas de fuerza la semana pasada se alcanzó un acuerdo preliminar de suba del 24 por ciento, que en un primer momento iba a ser en cuotas de 14 y 10. Sin embargo, no pudo sellarse hasta anteayer por falta de consenso en la creación de las nuevas categorías. “Habrá que ver cómo se instrumenta, porque ya existen categorías altas y ahora hay que cambiarlas porque toca un botón. Implica un incremento en los valores salariales sin una realidad en la producción”, criticó Reale. Se trata de la categoría de “oficial superior”, que incluirá a personal a cargo de tornos computarizados y que implica mayor salario y una cercanía a la organización gremial que hasta ahora estos operarios no tienen. “Fue una de las negociaciones más tensas de los últimos años”, reconoció Tomada. Por su parte, Caló destacó que “después de 40 años se pudo sacar dos categorías más y modificar el convenio de trabajo”. “El porcentaje de aumento estuvo cerrado casi desde un principio, el problema fue la creación de esas categorías”, agregó.

El acta de acuerdo salarial, que incluye a todo el país con excepción de la rama electrónica en Tierra del Fuego –cuenta con un régimen de incentivo particular–, indica que a partir del 1º de abril, los trabajadores percibirán un aumento de 17 por ciento sobre los salarios vigentes al 31 de marzo, a liquidarse en la segunda quincena de mayo. El 1º de julio recibirán el otro 7 por ciento, que también se calculará sobre la escala salarial al 31 de marzo, lo que da como resultado un aumento del 24 por ciento. A partir de estos aumentos, el ingreso mínimo global de referencia para el sector para la jornada completa se ubicará en 4680 pesos a partir del 1º de abril y en 5000 en julio.

Por fuera del porcentaje de ajuste, las empresas se comprometieron a abonar en carácter de asignación no remunerativa y excepcional la suma de 1400 pesos. Se liquidará en dos cuotas iguales junto a las remuneraciones de noviembre y enero próximos. Estos importes se abonarán de forma proporcional en el caso de trabajadores que ingresen después del 1º de abril último. “En las discusiones salariales no todos quedan contentos, pero a veces se saca lo que se puede y lo que se pudo ayer (por el martes) está muy bien”, aseveró Caló.

Las partes coincidieron en que fue un buen acuerdo. “Cerramos en valores cercanos al acuerdo del año pasado. Lo importante es que la paritaria sigue siendo el método para llegar a estos números y no por imposición de alguna de las partes”, afirmó Reale. El año pasado la paritaria arrojó para el sector un incremento del 23 por ciento y un adicional no remunerativo de 1100 pesos en dos cuotas. “En esto tuvo mucho que ver el Ministerio de Trabajo, a través de Tomada y (su vice, Noemí) Rial, sosteniendo y facilitando la negociación”, agregó el titular de la cámara industrial pyme. La cartera laboral brindó “garantías en términos de certidumbre y seguridad para el sector empleador y colaboró en que los trabajadores también puedan mantener su capacidad adquisitiva”, detalló el ministro Tomada. Reale aseguró que el aumento salarial puede ser compensable con reordenamiento de la carga tributaria o con financiamiento barato y reducción de costos de energía y logística.

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