EL PAíS › UN PLAN PARA DIFERENCIARSE DE MENEM Y CARRIO

La misteriosa macrieconomía

 Por Julio Nudler

“Mauricio no es ningún loquito. Se lo nota muy precavido. Escucha con humildad”, dice de Macri hijo uno de los economistas que le prepara papeles, pero que al mismo tiempo admite que la macrieconomía es por ahora un misterio. De hecho, los expertos que el empresario Francisco de Narváez, ex Casa Tía, y el presidente de Boca Juniors consultan, encargos de trabajos mediante, son de muy variada extracción, desde Ricardo Arriazu hasta algún ex miembro del equipo de José Luis Machinea, pasando por Miguel Angel Broda, y sin olvidar a talentos de la Cepal. De especial peso en el entorno técnico de Macri junior es Alfonso Prat Gay, socio de Pedro Lacoste.
Un poco por convicción, otro por necesidad de diferenciar perfil, el plan económico de Mauricio se definiría por oposición al que presentará Carlos Menem, basado en las concepciones de Pedro Pou y otros economistas ultraliberales del CEMA, como Roque Fernández y Carlos Rodríguez, y a los cuales procura sumarse Carlos Melconian. De allí a las posturas de Ricardo López Murphy, Manuel Solanet y Daniel Artana hay distancias muy cortas y más bien circunstanciales. MM tendrá entonces que suscitar expectativas en la gente haciendo énfasis en cuestiones más productivistas: programas de fomento a la inversión, planes de vivienda, reducción de las tasas de interés, uso agresivo de la banca pública para impulsar la creación de empleo.
Sin embargo, Mauricio querrá mantenerse de la economía sana para acá, procurando despegarse de Elisa Carrió y su economista de cabecera, Rubén Lo Vuolo, que deberían representar el cuco del desorden macroeconómico. Imprescindible para las intenciones de MM es que Roberto Lavagna desbroce el terreno, dándole un corte al corralito, encauzando la reforma del sistema financiero, arreglando tarifas con las privatizadas, firmando algo con los organismos multilaterales y empezando a renegociar la deuda. Lo que se llama el trabajo sucio. “Me gustan algunas actitudes de Lavagna, pero me asusta su parte política”, dijo a Página/12 un asesor de Mauricio.
De momento, lo más concreto es la satisfacción de los cerebros a los que Macri/De Narváez encargan estudios o anteproyectos por la módica suma de 10.000 dólares. En la lanzada carrera hacia el 2003, estas locaciones de servicios intelectuales son lo más macizo. Pero, por sí solas, las carpetas programáticas no ganan ninguna elección.

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