EL PAíS › CLUB DE PARIS, MAS AMIGABLE

Con buenas ondas

En su primera declaración pública sobre la Argentina después de las elecciones presidenciales, el titular del Club de París, Xavier Musca, se mostró conciliador con el país, de cara a un arreglo por la deuda en default. “Se considerará con un espíritu positivo cualquier propuesta de la Argentina orientada a cancelar la deuda”, aseguró Musca. En el estilo diplomático que suelen caracterizar las relaciones con los organismos internacionales, los dichos del ejecutivo pueden interpretarse como un intento de acercamiento hacia el próximo gobierno.

Las últimas veces que se había hecho referencia a la deuda impaga con el Club de París fue para discutir sobre si, antes de firmar un acuerdo, la Argentina debía sentarse a la mesa con el Fondo Monetario. El flamante director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, dijo que la Argentina necesitaría refrendar un nuevo programa con el organismo.

El gobierno de Néstor Kirchner se opuso tenazmente a esa posibilidad. A la conocida postura política contraria al FMI de la actual administración, un par de semanas atrás fue el secretario de Finanzas, Sergio Chodos, el encargado de dar una respuesta técnica. “Sobran ejemplos de acuerdos con el Club de París sin la intervención del Fondo: Angola y hasta Argentina, a fines de la década del ’50. No existe una norma escrita específica en el estatuto del Club de París que imponga como condición contar con un programa con el Fondo para restructurar la deuda”, replicó Chodos.

En total, la Argentina debe a ese club formado por 19 países industrializados alrededor de 6200 millones de dólares. Durante una rueda de prensa realizada en Bruselas, Musca aseguró que “desde las elecciones presidenciales, no hemos recibido una petición formal para el pago de su deuda”.

Hace un año, el gobierno argentino, a través de Felisa Miceli, había acercado un borrador con una propuesta de refinanciamiento. Incluía pagos a diez años de plazo, tal cual se arregló con España por un crédito otorgado en el marco del blindaje por un total de 982 millones de dólares. Esa oferta fue rechazada, primero, por Japón, que reclamó un pago total con las reservas del Banco Central, y luego por el presidente del Club, que pidió un arreglo previo con el FMI. Desde ese momento, el diálogo quedó estancado. Para el Gobierno, la importancia de saldar las cuentas con el Club de París reside en que hay multinacionales que se ven imposibilitadas de invertir en la Argentina, ya que se trata de un país que continúa con una porción de su deuda en cesación de pagos.

Mientras tanto, y con el objetivo de cerrar sus necesidades financieras anuales, el Ministerio de Economía colocará esta tarde un bono por 250 millones de dólares. Será la primera incursión en el mercado después de las elecciones, y las apuestas en la city indican que el Gobierno tendrá que pagar una tasa de interés más cara. La última vez que sacó un título público en dólares fue en agosto pasado, a un costo anual del 10,66 por ciento. Antes, en mayo, había pagado el 8,44. Desde entonces, y por culpa de las turbulencias en los mercados internacionales, los bonos registraron caídas. Para esta tarde se espera una tasa en torno del 10,8 por ciento anual.

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