SOCIEDAD › MEDIANTE CARTAS CELESTES DETERMINARON EL DíA EXACTO EN QUE VOLVIó EL REY GRIEGO A ITACA

Ulises, la vuelta y el eclipse de sol

El 16 de abril de hace 3186 años, al mediodía, el rey de Itaca terminó la Odisea. El estudio de un eclipse de sol lo revela.

Las cosas no suceden en horas redondas, como lo decimos los periodistas. Que un choque a las 15.30, que una inauguración a las 18. Tampoco, la semana pasada, ni hace dos años. Pasan y pasaron en situaciones y momentos específicos y concretos. Que después el correr de la arena las haya cubierto en bruma es otra cosa. Si no, pregúntele, estimado lector/a, a Constantino Baikouzis. ¿Que quién es? Baikouzis determinó que Ulises (Odiseo para más precisión) llegó de regreso a su palacio de Itaca tras la guerra de Troya para encontrarse con la turba de rufianes haciendo fila para desposar a Penélope, el 16 de abril de 1178 A.C.. Hace 3186 años, dos meses y nueve días exactos si usted lee esta nota tirando para el mediodía. ¿Cómo lo supo? Baikouzis comprobó que exactamente ese día ocurrió un eclipse de sol. Tres mil y pico de años después, B. relató su odisea de investigación celeste a PáginaI12, interrumpido por constantes llamados de medios de todo el mundo. Y, curiosamente, apenas si puede aproximar una fecha sobre su trabajo. “No me acuerdo. Lo desarrollé en los ’90.”

Ubicar a Baikouzis fue más fácil que buscar una aguja en un pajar y muchísimo más que detectar un eclipse de sol en tres mil años. Baikouzis es el proveedor y diseñador de los mapas celestes del Observatorio de La Plata, proveedor oficial del Año Internacional de la Astronomía 2009 de la Unión Astronómica Internacional, y cantidad de cosas más. Ahora, su nombre aparece escrito y mencionado en todos los medios del mundo, junto con el de Marcelo Magnasco, otro argentino, físicomatemático radicado en Nueva York, que aportó hipótesis al estudio.

Baikouzis es argentino, de padres griegos: su madre nació en Icara, su padre en Lesbos, aunque se conocieron acá, en un colectivo. Estudió en la Facultad de Astronomía de La Plata y perfeccionó su conocimiento en Europa. Lo obsesionaba una cita de la Odisea, en el canto XX, versos 356 y siguientes: la llegada de Ulises, cuando el adivino Teoclimeno recita a los pretendientes de Penélope que “el Sol desapareció del cielo y una oscuridad terrible se extiende por doquier”.

“Si tengo la suerte de que se haya referido a un eclipse, quizá pueda determinar la fecha exacta de la llegada”, se dijo nuestro héroe. Especializado en mapas celestiales, fue directo a las tablas de Theodor von Oppolzer, de cuya existencia este cronista no tenía idea hasta ayer a las 19.32, y que consisten en las tablas de ubicación de astros y demás en años pasados. “Me fijé qué eclipse de sol pudo haber situado en Itaca en el período de la Grecia Micénica –explica Baikouzis–. En una brecha de unos 500 años, sobre Itaca sólo se había visto uno: el 16 de abril de 1178 A.C.”

La pregunta es: ¿Homero se refería a un eclipse de sol? “Sí –responde Baikouzis–. Porque no fue anocheciendo sino que fue una oscuridad súbita.” Para comprobar cómo se veía un eclipse, buscó el siguiente, que ocurriría el 11 de agosto del ’99. “Estudié un mapa dónde se vería la sombra, y donde no habría nubes. Lo detecté: a las 14.25, se vería perfecto en Çorum, un pueblito perdido en Turquía.” Tomó un barco hasta Kusandasi y de allí 15 horas de colectivo hasta Çorum. “Me quería matar. A la mañana estaba nublado. Por suerte después se despejó. Y pude ver la oscuridad súbita.”

Así lo había visto Homero. Consultó a la especialista griega Eva Papadopoulou, y comparando a Plutarco y Herodoto y sus dos menciones eclipsíacas, coincidió en que sí, Homero hablaba de un eclipse.

Además, el poeta ciego también hablaba de Venus en la madrugada. “Venus es un planeta que se ve en períodos por la mañana y otros por la tarde. Investigué la posición de Venus y el 16 de abril de 1178 AC sólo se podía ver de madrugada.” A eso sumó las posiciones de las Pléyades y Boote, dos constelaciones que Odiseo siguió cada día de su regreso desde Gibraltar.

Por fin, la teoría celestial de Baikouzis era precisa. ¡Eureka!

Compartir: 

Twitter

Se trata de una investigación de dos argentinos publicada por la Sociedad Científica de Norteamérica.
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.