Por primera vez en cuatrocientos años, un alto representante del Vaticano oficiará mañana en una basílica de Roma una misa en memoria del astrónomo Galileo Galilei, condenado por la Inquisición y rehabilitado por la Iglesia 350 años después de su muerte.

El arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio para la Cultura, será quien presidirá la ceremonia en la basílica de Santa María de los Angeles, de la capital italiana, según se encargó de difundir la Federación Mundial de Científicos (WFS, en sus siglas en inglés).

A la misa asistirán, según la WFS, numerosos científicos, entre ellos un grupo de investigadores chinos que donará una estatua en bronce de Galileo hecha por un artista de esa nacionalidad.

Con motivo del Año de la Astronomía, convocado por Naciones Unidas para conmemorar los 400 años de los primeros descubrimientos astronómicos, el Vaticano adhirió con diferentes iniciativas para resaltar la figura de Galileo, nacido en Pisa, en 1564, y muerto en Florencia en 1647. Entre otras, figura un congreso internacional sobre la figura del científico que se celebrará en Florencia del 26 al 30 de mayo próximo.

El Vaticano considera que tras la rehabilitación de Galileo Galilei por Juan Pablo II en 1992 los tiempos “están maduros” para una nueva revisión de su figura, “al que la Iglesia desea honrar”, según dijo recientemente el arzobispo Ravasi. “Este Año de la Astronomía representa para la Santa Sede una importante ocasión de profundización y diálogo sobre la astronomía y la figura del astrónomo toscano”, dijo.

“Galileo fue el primer hombre que miró con un telescopio hacia el cielo. Abrió para la humanidad un mundo hasta entonces poco conocido, ampliando los confines de nuestro conocimiento y obligando a releer el libro de la naturaleza bajo una nueva mirada. La Iglesia desea honrar la figura de Galileo, genial innovador e hijo de la Iglesia”, subrayó.

Con motivo de estas conmemoraciones, el Vaticano reeditará las actas del proceso a Galileo para insistir en que el papa Urbano VIII nunca firmó la condena de la Inquisición al científico italiano, según dijo recientemente Ravasi. El científico fue condenado por la Inquisición por haber sostenido la teoría heliocéntrica, en contra de lo que se pensaba en su época.

El 31 de octubre de 1992, a los 350 años de su muerte, Juan Pablo II lo rehabilitó solemnemente y criticó los errores de los teólogos de la época que dieron pie a tal condena, sin descalificar expresamente al tribunal que lo sentenció.