SOCIEDAD › EL FISCAL PIDIó PERPETUA POR CONSIDERAR IMPUTABLE A MARTíN RíOS

Los alegatos por el tirador

Tanto el fiscal como la querella lo consideraron imputable. Adrián Marcenac no pudo participar en los alegatos. La otra querellante, Sabrina Sangiao, pidió veinte años. La defensa lo consideró inimputable y pidió su internación. Mañana leerán la sentencia.

Después de casi tres años, el juicio a Martín Ríos, denominado “el tirador de Belgrano”, llega a su fin. Ayer fue el turno de los alegatos de todas las partes y mañana será el día de lectura de la sentencia. Ayer, ni los querellantes, ni los defensores, ni el fiscal cuestionaron la materialidad ni la autoría de los disparos que concluyeron con el asesinato de Alfredo Marcenac y once tentativas de homicidio. En cambio, los alegatos estuvieron dirigidos a sostener o atacar la “capacidad de Martín Ríos de comprender la criminalidad de sus actos”. El fiscal dijo que era imputable y pidió reclusión perpetua. Los abogados de la querellante Sabrina Sangiao (Adrián Marcenac no fue querellante por errores procesales de su representante anterior) también lo consideraron imputable y pidieron veinte años por tentativa de homicidio. La defensa consideró que era inimputable por insania y pidió que fuera internado en un neuropsiquiátrico “por peligroso para sí y para terceros”.

Ríos llegó al juicio acusado del homicidio de Marcenac, ocurrido el 6 de julio de 2006 en avenida Cabildo al 1700, cuando disparó con su pistola Bersa Thunder calibre 380 sobre los peatones. En esa oportunidad, el acusado, además de asesinar al estudiante Marcenac, hirió a otras seis personas. También a Ríos se le imputan otros tres ataques a balazos: contra un colectivo de la línea 67 (hirió a dos personas), en una confitería (baleó a Sabrina Sangiao) y contra un tren en movimiento (no hubo heridos). En tal sentido, recaen sobre el acusado once intentos de homicidio.

Los alegatos comenzaron a las 10.30, ante los jueces del Tribunal Oral 12 Ana Dieta de Herrero, Carlos Bruno y Alfredo Rizzo Romano. Primero alegaron los abogados querellantes Jorge Battilana y Martín Carabelli, representantes de Sabrina Sangiao y Mariano García Tejera, la pareja de novios que estaba sentada en la confitería de Cramer y Juramento en la que Ríos protagonizó uno de sus ataques. Ambos coincidieron en que Ríos es imputable y solicitaron la pena de veinte años de prisión por el delito de “tentativa de homicidio agravada por placer”.

Por su lado, el fiscal Carlos Giménez Bauer criticó duramente a los 11 peritos –nueve oficiales y dos de la defensa– que sostuvieron en sus evaluaciones que Ríos padecía esquizofrenia y le imputó a Ríos ser el autor de un “homicidio agravado por placer” –la misma calificación que había usado en la instrucción la jueza María Fontbona de Pombo–, en concurso real con once tentativas de homicidio y con la portación ilegal de arma de guerra atenuada por ser legítimo tenedor. “No hay pena que pueda redimir a Ríos ni reparar a la familia Marcenac. Solicito que se lo condene a la pena de reclusión perpetua y digo reclusión por la peligrosidad que representa para terceros”, dijo el fiscal.

Subsidiariamente, en caso de que los jueces consideraran que Ríos fuera inimputable, el fiscal solicitó que Ríos permanezca internado en un psiquiátrico.

La familia Marcenac participó en el debate, pero no pudo alegar debido a un error de presentación del abogado anterior. “El alegato que realizó el fiscal (Carlos Giménez Bauer) fue lo mismo que nosotros sostuvimos antes y durante el juicio –aseguró Marcenac a Página/12–. Del expediente se desprende claramente que el asesino (Ríos) simula la supuesta enfermedad mental (esquizofrenia)”. Para Marcenac, Ríos es imputable “por su frialdad al momento de realizar los disparos, por la selección del arma para matar (Ríos poseía otra pistola que, según algunos peritos de parte, era menos rápida y más visible), por haber tallado las 58 balas que disparó e irse de la escena del crimen con tranquilidad, sabía lo que hacía”.

Siguió el turno de los defensores. Augusto Coronel recordó que “de los doce peritos oficiales que declararon en el juicio, diez lo consideraron inimputable”. Y Angel Ramallo aseguró a este diario que “Martín Ríos es inimputable, le guste a quien le guste. No se puede concebir que una persona pueda engañar a tantos profesionales durante los tres años que lleva detenida.” Además, sostuvo el argumento de que si los ataques a balazos no tuvieron motivación, si actuó sin medir las consecuencias y al ser detenido tenía el arma en su poder, son muestras de que “no está en sus cabales y no comprendió la criminalidad de sus actos”.

Mañana, los jueces del tribunal darán a conocer la sentencia.

Informe: Mariana Seghezzo.

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Durante el juicio no se discutió la autoría del hecho, sino la responsabilidad penal.
Imagen: DyN
 
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