SOCIEDAD › LA CIUDAD TENDRá A FIN DE AñO NUEVOS REFUGIOS DE óMNIBUS E INDICADORES DE CALLES

Hora de cambiar el mobiliario

El equipamiento se emplazará en todos los barrios de la Ciudad. Estará a cargo de tres empresas, que harán las instalaciones y luego explotarán el negocio de la publicidad. Pagarán un canon del 15 por ciento de la facturación.

A fin de año, la ciudad de Buenos Aires habrá renovado desde los refugios de las paradas de colectivos hasta la señalización de calles. Y si todo sale como está previsto, no deberían existir diferencias en el equipamiento entre los distintos barrios de la Ciudad. Se trata de la ejecución de la más demorada licitación porteña, la del mobiliario urbano, que comenzó a tramitarse en 2001 y que recién se pone en marcha después de superar numerosas instancias judiciales. Tres empresas tendrán a cargo la instalación del mobiliario, en un plazo de diez meses, y podrán explotar durante diez años el millonario negocio de la publicidad en las pantallas y carteles en la vía pública.

El diseño del nuevo mobiliario es el resultado de un concurso público, que ganaron en 2007 los arquitectos Diana Cabeza y Leandro Heine y el diseñador industrial Martín Wolfson. A la licitación se presentaron ocho empresas. Calificaron cuatro y finalmente fueron seleccionadas tres: Publicidad Sarmiento, PC Publicidad y el Grupo Al Sur.

Las nuevas instalaciones consisten en 2400 refugios para taxis, 4380 paradas de colectivos, 12.000 carteles con el nombre de las calles, 2175 pantallas transiluminadas, 900 asientos y 300 soportes para bicicletas. En total, comprende 25.974 elementos. El plazo de instalación se divide en diez etapas, de un mes cada una, y se hará desde el este hacia el oeste.

Además del diseño, lo más novedoso del nuevo equipamiento es que tendrá un carácter inclusivo: en todos los refugios y en las paradas de colectivos habrá brazaletes con información en Braille sobre las líneas que paran en ese lugar.

Además, de los pescantes de los semáforos, en las avenidas, colgará un cartel indicador con el nombre de la calle que cruza, con la idea de que los conductores no tengan necesidad de mirar hacia la esquina para saber dónde están ubicados.

En los refugios y las paradas de colectivos habrá pantallas transiluminadas donde figurará los datos de las líneas, su recorrido y las posibles conexiones a otro medios de transporte. Habrá tres tipos de refugio, de acuerdo con el ancho de las veredas. Tendrán techo de acero laminado y cerramiento de cristal de seguridad, con alta capacidad para resistir golpes y roturas. Los modelos más grandes tendrán un asiento de madera y en algunos habrá pantallas iluminadas con información sobre el recorrido y los sitios de interés, como hospitales y museos.

Los carteles con las nomenclaturas de las calles estarán pintados con una laca acrílica especial para que no puedan ser cubiertos por pintura de aerosol. Otra características de las nuevas señales de nomenclatura es que en el borde derecho, debajo y a la izquierda se podrá leer el número de comuna y nombre del barrio.

El anuncio lo hizo anoche el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, en un acto realizado en el Museo Sívori, al que asistió el jefe de Gobierno, Mauricio Macri.

Según informó Santilli, la inversión mínima de cada concesionaria alcanzará los diez millones de dólares. Las empresas, a su vez, abonarán a la Ciudad un canon equivalente al 15 por ciento de su facturación anual.

Publicidad Sarmiento es propiedad del empresario mendocino Orlando Terranova y aparece vinculada con el ex ministro José Luis Manzano, en tanto que Al Sur pertenece a la familia del ex secretario de Medios de la Nación Enrique Albistur. Las tres empresas ya participaban en el negocio de la publicidad en la vía pública de la ciudad.

La licitación había sido lanzada durante la gestión de Aníbal Ibarra. Sus términos fueron aprobados por la Legislatura en 2005. El primer sobre se abrió en 2007, durante la gestión de Jorge Telerman, y el segundo, con la oferta económica, un año después, ya durante la administración de Macri. Una serie de denuncias presentadas por las empresas que quedaron afuera demoró la puesta en marcha de la concesión hasta ahora.

Según recordó el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, la última renovación del mobiliario urbano se hizo entre 1991 y 1992, durante la intendencia de Carlos Grosso, y no incluyó a la zona sur de la ciudad.

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Los nuevos refugios tendrán información en idioma Braille.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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