SOCIEDAD › UNOS SUFREN ATAQUES DE PáNICO CON EL ANUNCIO DE TORMENTAS ELéCTRICAS, OTROS SE BURLAN

Crónica sobre las reacciones al rayo

La caída de relámpagos provoca ya reacciones que van desde un ataque de pánico hasta la burla insensata desde el agua. Los expertos intentan tranquilizar, pero la paranoia se desata desde los medios. Instan a que se cumpla con las indicaciones.

 Por Carlos Rodríguez

Desde Mar del Plata

“Hay cierta paranoia de la gente después de la caída del rayo en Villa Gesell; el otro día llamó un cliente habitual, que viene casi todos los años, y después de confirmar que teníamos alojamiento para la segunda quincena de febrero, se animó a hacer la pregunta clave: ¿Ustedes tienen pararrayos en su balneario?” La propietaria de uno de los hoteles más importantes de la costa atlántica, en una zona donde todavía no cayó ningún rayo sobre sus playas, le contó la anécdota a Página/12, algo sorprendida por la consulta, porque “todos los que frecuentamos estos lugares sabemos que en el mar, durante una tormenta eléctrica, pueden caer infinidad de rayos y que lo único que sirve realmente es salir del agua cuando se avecina una tormenta y refugiarse bajo un techo seguro”, como expresan las recomendaciones difundas en estos días por expertos en el tema. El comentario había sido escuchado por este diario antes de los dos rayos que cayeron el sábado en Mar del Plata, donde el municipio ha lanzado una fuerte campaña “para que la gente siga las indicaciones de los guardavidas y tome los resguardos necesarios ante un fenómeno natural que es inevitable, pero que es absolutamente controlable si somos prudentes cuando se avecina una tormenta”, afirmó el intendente Gustavo Pulti, en diálogo con este diario.

Como parte de la campaña, la municipalidad local estudia la posibilidad de contratar a los aviones que recorren las playas con fines publicitarios, para que lleven ahora un cartel que diga “cuando llueve no se exponga a los rayos”. Este sábado, cuando a las 17 el cielo comenzó a nublarse, desde hacía varias horas se había lanzado el alerta sobre la posibilidad de una tormenta eléctrica acompañada incluso por la caída de granizo. Los guardavidas de la zona de La Perla y Punta Iglesia, entre otras playas céntricas y del norte de la ciudad, instaron a los bañistas a dejar la arena de inmediato y regresar a sus alojamientos.

La inmensa mayoría acató el consejo y el éxodo fue masivo. Sin embargo, en la zona cercana al monumento a Alfonsina Storni, unas 20 personas permanecieron en el agua, incluso burlándose de la recomendación, como pudo comprobar Página/12. Entre la multitud que se retiró corriendo de las playas, había personas –no muchas– que daban muestra de haber entrado en pánico.

Los guardavidas, que cuentan con experiencia y con información meteorológica al instante, afirman que “en estos casos no sirven ni los valientes ni los asustadizos, sino los que se hacen responsables de su seguridad y escuchan lo que les estamos transmitiendo”, comentó José Ignacio, uno de esos trabajadores de la playa, en Punta Iglesia. “Con los chicos (por sus compañeros de trabajo) les pedimos a un grupo de hinchas de River y a otro de Boca que salieran del mar, pero los tipos se burlaban: ‘Aguante el Rayo Menseguez’ o ‘Viva el Rayo Vallecano’”, les respondían a los gritos, en alusión al delantero de River Juan Carlos Menseguez y al club de fútbol madrileño. Es cierto, también, que todo indica que las siete personas que resultaron heridas el sábado en Mar del Plata acataron las indicaciones de los guardavidas y de todas maneras fueron alcanzadas por alguno de los dos rayos cuando estaban abandonando el balneario a toda prisa, una de las víctimas acompañada por sus tres hijos, que salieron ilesos. La mujer, que al principio perdió el conocimiento, se recuperó bien y sólo sufrió un golpe en la cabeza.

Pero hay ejemplos de comportamientos alterados, en algunos casos por informes alarmantes difundidos por los medios de difusión. Antonio Rodríguez, un taxista marplatense, le hizo este relato a este diario: “El viernes 17 a la madrugada, cuando venía por la ruta 11, desde Miramar, me pararon cuatro chicas muy jóvenes que venían de un baile nocturno en las playas del sur; estaba lloviendo fuerte y había truenos, relámpagos y algunos rayos. Las pibas me pararon a los gritos y llorando, pero no había caído ningún rayo ni cerca ni lejos de ellas. Antes de seguir viaje, las tuve que tranquilizar porque estaban muy mal por lo que pensaban que les podía pasar si caía un rayo sobre el balneario donde estaban”.

Se dijo que este sábado cayó un tercer rayo, en las playas de Miramar, pero la información oficial aclara que la caída fue en el mar, sin tocar la arena.

Lo importante, en materia de rayos, en seguir el consejo de los expertos del Servicio Meteorológico Nacional: “Lo primero es salir del agua y de barcos pequeños, porque el mástil de los veleros (por ejemplo) puede atraer un rayo, y lo segundo es buscar un refugio seguro, una casa, no una carpa”.

Compartir: 

Twitter

Desde la trágica caída del rayo en el balneario de Villa Gesell la vida en la playa cambió.
Imagen: Pablo Piovano
SUBNOTAS
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.