SOCIEDAD › TRAS UN GIGANTESCO OPERATIVO ANTINARCO, DOS MIL EFECTIVOS QUEDARON INSTALADOS EN ROSARIO

Un plan para pacificar la ciudad

El miércoles, tres mil efectivos federales comandados por el secretario Berni allanaron 89 bunkers de drogas. Ayer se informó que dos tercios de ellos quedarán en la ciudad. Fue el operativo policial más grande de la historia del país. Bonfatti agradeció al gobierno nacional.

Eran más de tres mil efectivos de las cuatro fuerzas federales: Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal. También, un grupo de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), una brigada de elite de la policía santafesina. Llegaron de forma encubierta en casi 800 vehículos. Para no despertar sospechas, se montó un falso congreso sobre cambio climático para fuerzas de seguridad, que incluyó cartelería y promotoras. A la hora señalada, y con el apoyo de cuatro helicópteros, un avión de observaciones y 50 perros, se lanzaron a su objetivo: copar la ciudad de Rosario para desarticular el poder narco en las zonas más calientes. Se hicieron 89 allanamientos, fueron detenidas 26 personas, se secuestraron armas y drogas. Ocurrió el miércoles y ayer, el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, confirmó que dos mil de esos efectivos quedarán instalados en la ciudad “el tiempo que sea necesario” para lograr “pacificar el territorio”.

“Hay un antes y un después” en Rosario, evaluó ayer el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, quien agradeció el aporte nacional a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al secretario Berni. Bonfatti sostuvo que la relación con el gobierno nacional “cambió para bien” (ver aparte).

El ejército de fuerzas federales llegó de repente en la tarde del miércoles y pronto en decenas de barrios rosarinos no se habló de otra cosa. Los tres mil efectivos desplegaron 89 allanamientos simultáneos en quioscos de venta de drogas en el sur, oeste y norte de la ciudad y detuvieron a 26 personas, dos de ellas mujeres embarazadas.

La irrupción de otros uniformes, distintos a los de la policía provincial, atrajo la curiosidad de cada vecindario en donde el objetivo fue el bunker que todos conocían y que funcionaba sin riesgos, incluso a pesar de que algunos hubieran sido allanados varias veces antes.

“No vinimos a buscar narcotraficantes, vinimos a hacer un desembarco, pero previo a eso hicimos ochenta y nueve allanamientos donde se vende droga porque no podemos desembarcar con la Gendarmería de manera violenta”, detalló el funcionario. Y destacó que 1500 gendarmes y 500 integrantes de la Prefectura Naval quedaron instalados desde ayer en los barrios más conflictivos.

Berni encabezó el operativo junto al gobernador Bonfatti, quien había solicitado la intervención de fuerzas federales ante el avance del narcotráfico y el crecimiento de la violencia en la principal ciudad de su provincia.

Sobre el objetivo del desembarco, el secretario de Seguridad señaló: “La lucha contra el narcotráfico tiene diferentes etapas: primero se detuvo a los grandes traficantes de Rosario y ahora estamos ocupando el territorio”. Berni insistió: “No vinimos a buscar cantidad de droga, vinimos a hacer el desembarco pacífico porque no podíamos poner la Gendarmería en lugares donde había armas, gente con ametralladoras, chicos menores”.

En la misma línea, el titular de la Procuraduría contra el Narcotráfico (Procunar), Félix Crous, dijo que “la primera fase fue impactar sobre los grandes proveedores de droga de Rosario” y recordó que tuvieron “investigaciones exitosas en este sentido”. “Ahora –se explayó– estamos haciendo una operación conjunta entre el Ministerio de Seguridad y la provincia de Santa Fe para ir a las terminales de venta.”

Los 89 allanamientos realizados de manera simultánea fueron ordenados en forma conjunta por los jueces federales 3 y 4 de Rosario, Carlos Vera Barros y Marcelo Bailaque, y corresponden a diferentes investigaciones.

El megaoperativo dejó un saldo más que positivo tanto en la opinión de la gente como en la clase política. Todos se esforzaron en destacar que con la presencia en distintos barrios de los tres mil hombres de la Gendarmería, la Prefectura, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía Federal se recuperó el manejo de zonas violentas. En este sentido, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, lo definió ayer como “el operativo más grande de la historia en Rosario” y sostuvo que los resultados de esa acción demuestran que “mejor que decir es hacer”. “Consideramos que desde la misma gobernación provincial hasta las distintas expresiones sociales observaron con beneplácito una medida de coordinación como estamos haciendo, lo que implica trabajo de investigación, de coordinación y muchas veces no salir en los medios pero sí actuar para garantizar la prevención en materia de seguridad y la protección ciudadana”, postuló Capitanich. En la misma línea, confirmó que “hoy quedan en Rosario dos mil agentes de Gendarmería y Prefectura” y remarcó que “el objetivo central es bajar los índices de violencia”.

Por su parte, el ministro de Seguridad de la provincia, Raúl Lamberto, explicó que “lo que se hizo ayer (por el miércoles) fue marcar la cancha. Decir acá está el Estado, acá están las fuerzas federales y provinciales que a partir de ahora llegan a los barrios para quedarse y dar tranquilidad”. En la misma línea, dijo que el procedimiento “fue la culminación de un proceso que se inició en agosto del año pasado con mucho esfuerzo. Hace dos meses se inició esta investigación que culminó ayer, trabajando muy serenamente, con mucha profesionalidad y con una participación importante de las fuerzas federales y la colaboración de las provinciales”, sostuvo.

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Los efectivos llegaron en 800 vehículos y tomaron por sorpresa la ciudad de Rosario; habían armado la pantalla de un falso congreso.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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