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Los testigos que intentan favorecer a Horacio Conzi en el juicio oral por la muerte de Marcos Schenone siguen quedando contra la pared. Ayer le tocó el turno a Héctor Feser, un empleado del restaurante Dallas que intentó proteger al empresario sosteniendo la coartada según la cual, a la hora del crimen, su patrón continuaba borracho en el local de San Isidro. El testimonio se contradijo con el del ex amigo del acusado, Roberto “Robi” Halbinger. Por eso, a pedido de la fiscalía y de los abogados querellantes, ayer el Tribunal Oral en lo Criminal 4 decidió dejarlo detenido por “falso testimonio en flagrancia”.
Héctor Feser se había hecho rogar. No había querido aparecer en el juicio y su ausencia ya había generado un pedido para que ayer la fuerza pública lo acercara en patrullero a los tribunales de San Isidro. Los abogados que llenan la sala donde se juzga el crimen cometido el 16 de enero de 2003 especulaban con que en realidad lo someterían a un careo con Halbinger para poner en claro las diferencias radicales de sus declaraciones. “Fue absolutamente mendaz”, dijo el abogado de la familia Schenone, Marcelo Adámoli. “Debe obedecer a cuestiones personales, como pueden ser amenazas”, arriesgó el abogado tras el interrogatorio, en el que el testigo habría mentido.
“Yo no recibí ninguna orden de preparar la camioneta. Y la camioneta estuvo siempre en mi vista estacionada en la vereda del terreno (lindero a Dallas)”, dijo Feser a los jueces. De un solo saque, el testigo contradijo varios testimonios. Otros empleados y ex empleados de Dallas –actualmente Las Olas– habían dicho la semana pasada que apenas Marcos Schenone, su amigo Gustavo Pacheco y las chicas, Paula Lugones y Gisella Carabetta, fueron echados del local, Conzi pidió por handy a Feser que le preparara la camioneta Cherokee para salir tras ellos. Fueron varios los que aseguraron que Conzi salió en ese instante y los siguió. Entre ellos el propio Halbinger, quien cambió su inicial declaración por el pedido público que hizo Elsa Schenone. Halbinger, quien fue a la primaria con los hermanos Conzi, dijo que le habían pedido que ocultara la verdad. El fue quien llevó, a pedido de Hugo, a Horacio Conzi hasta Mar del Plata, donde el imputado se ocultó como prófugo después de hacerse famoso con el asesinato.
Feser, encargado del valer parking del restaurante, dijo además que Conzi aquella noche estaba tan borracho que su camioneta debió ser conducida por Roby, tal como lo conocía de nombre a Halbinger. “Horacio se fue a las 4.30 o 5 de la mañana. Sí lo vi cuando se iba. Estaba acompañado por un amigo de él, al que conozco por el apodo, Roby. Sé que manejaba Roby. Conzi estaba borracho”, dijo Feser ante la consulta de la fiscal Gabriela Baigún. Feser insistió en que la noche del homicidio, él nunca supo la trama que se tejió en Dallas: Conzi enfurecido con Schenone y Paula Alonso porque había intentado seducir a la chica y luego vio a ambos besándose en la barra. Es más, aseguró que no se enteró de lo ocurrido hasta el día siguiente, el 17, cuando la policía allanó el restaurante. “Me enteré cuando vino la policía y entonces pregunté qué había pasado y me dijeron que lo buscaban a Horacio porque estaba acusado de un asesinato. Yo decía no puede ser, porque él estuvo hasta las 4 o 5 de la mañana. Yo lo vi irse a las 5 ó 6. Horacio no fue”, dijo.
Ayer, 33 meses después del crimen de Marcos, se incorporó como prueba a la causa judicial una de las balas que dispararon contra el Ford Galaxy en el que iban Schenone y sus amigos. Es el proyectil del que había hablado en su polémica declaración testimonial Gisella Carabetta. La chica, cuyo testimonio fue cuestionado por la fiscalía, contó que en el hospital le habían sacado una bala que había quedado alojada en su brazo izquierdo, donde fue herida. Pero esa bala no aparecía en el expediente.
Entonces, se solicitó al hospital de San Isidro que informe de la existencia de esa prueba. Ayer, durante la audiencia, se presentó un médico con el proyectil, que estuvo guardada en el área de legales del hospital.