SOCIEDAD › TAMBIéN ESTABA A BORDO DEL AIRBUS A330

La azafata argentina

Clara Mar Amado, de 32 años, de nacionalidad hispano-argentina, iba en el avión caído. Había vivido en Córdoba. También viajaba el hijo del publicista Dreyfus.

Una azafata de nacionalidad hispanoargentina se encontraba en el avión de Air France que desapareció el lunes en el Océano Atlántico. El cónsul argentino en Francia, Miguel Angel Hildman, confirmó ayer que se trata de Clara Mar Amado, de 32 años, nacida en Málaga, España, aunque sus padres son argentinos. La mujer tenía su residencia en Francia, pero cuando era niña vivió en la provincia de Córdoba, donde tiene a una parte de su familia. La azafata es la segunda persona de origen argentino entre los 228 ocupantes del Airbus 330200 que desapareció en pleno vuelo. Antes se había informado que uno de los pasajeros era Pablo Gabriel Dreyfus, hijo del publicista Gabriel Dreyfus. En Córdoba viven dos hermanas y la madre de Clara Mar Amado, que era soltera y no tenía hijos.

Natalia Lescano, hermana de la azafata, manifestó ayer en Córdoba que la familia “tiene esperanzas” de que Clara Mar Amado pueda aparecer con vida. “No tenemos ninguna información adicional, sólo lo que sale en los medios”, dijo la mujer. Comentó que el último contacto que tuvo con su hermana fue “entre enero y febrero” de este año.

La hermana de la azafata aseguró que, al menos por el momento, no tienen la intención de trasladarse a Brasil o a Francia para tener novedades sobre el accidente. “Por el momento, no va a viajar nadie de la familia, estamos esperando noticias. Esperamos que haya alguna esperanza, pero sabemos que es muy difícil”, señalo Natalia Lescano en declaraciones a la prensa. La mujer precisó que su hermana era azafata desde hacía diez años, que su residencia permanente era en Francia. Natalia Lescano recordó a la desaparecida como “una verdadera hermana”, con la que convivieron durante buena parte de la infancia y la adolescencia.

La azafata vivió en Córdoba entre los 7 y los 13 años. Su residencia estaba en la localidad de Mendiolaza, en el departamento de Unquillo, 18 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba. Allí siguen viviendo dos hermanas y Ana, la madre de la mujer. En la actualidad, la azafata tenía su residencia en un pueblito cercano a SaintTropez, en Francia.

La última vez que estuvo en Mendiolaza fue a fines del mes de enero pasado, para asistir al casamiento de su hermana Gabriela. Estuvo casi un mes de vacaciones y luego retornó a Europa. En Francia viven el padre de la azafata y otros tres hermanos. Según informaron algunos medios de prensa españoles, Amado “era una de las azafatas del avión”, aunque la información no pudo ser confirmada en forma oficial.

Al principio, Air France había informado que toda la tripulación del avión, compuesta por 12 personas, era francesa, con la única excepción de otra azafata de nacionalidad franco-brasileña. La cadena de televisión pública española, RTVE, sostuvo que Amado no utilizó el pasaporte argentino para inscribirse en el vuelo, motivo por el cual Air France no contaba con el dato que recién ayer se conoció.

La Cancillería argentina, en un comunicado, expresó su “más profunda consternación” por el accidente aéreo y su “solidaridad” con los gobiernos de Francia y Brasil, así como con la familias de los pasajeros y tripulantes “de 30 nacionalidades que viajaban en la aeronave”.

Por otra parte, voceros de la Cancillería comentaron que funcionarios del Ministerio están en contacto con los familiares de Amado y de Dreyfus, a los que ofrecieron “todo el apoyo” de las representaciones diplomáticas argentinas en Brasil y en Francia, donde residen las familias de los dos argentinos que estaban en el avión desaparecido.

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Aunque ya no hay esperanzas de encontrar sobrevivientes, las tareas de búsqueda se intensifican.
 
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