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Un spa en la propia casa

Falta de tiempo y ganas de moverse de casa son algunos de los condimentos necesarios para pedir un delivery spa a la carta, que va desde tratamientos de belleza hasta masajes o clases de meditación. Aunque también una reunión de amigas, donde la anfitriona quiere agasajar a las visitantes, es una buena excusa. María Mamone, titular y fundadora de Stop Stress, dice que “lo que más demanda tiene son las reuniones particulares, festejos entre mujeres, cumpleaños y despedidas de solteras”. Y quienes contratan son mujeres de entre 25 y 55, segmento ABC1, a las que “les encanta la idea de algo diferente en sus reuniones”.

¿La ventaja de estos servicios? “En el caso de que sea una sola persona que lo contrata, es la comodidad de ser atendida en su casa, poder seguir reposando una vez terminado el tratamiento, no tener que conducir un automóvil y volver a estresarse, por ejemplo. Y con respecto a la diferencia con un masajista, llevamos todo el equipamiento necesario para la técnica que realizamos y ambientamos el lugar con aromas, música, velas y si lo solicitan, un minicatering”.

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