SOCIEDAD › FRANKLIN LOBOS RAMíREZ JUGó EN EL COBRESAL

Un minero con olfato de gol

El chileno Franklin Lobos Ramírez jugó profesionalmente al fútbol entre 1982 y 1995 y llegó inclusive a vestir la casaca roja de la selección trasandina en el Preolímpico de 1984, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Los Angeles. Hasta el año pasado jugaba como aficionado para el Comercio de Copiapó, la ciudad en la que nació 55 años atrás. Trabajaba como chofer para la empresa minera San Esteban desde hace tres meses, hace dos semanas que se encuentra atrapado en la mina y sus familiares se lamentan de que el diámetro de la sonda impida hacerle llegar, a 700 metros bajo tierra, una pelota de fútbol.

El fútbol chileno vivió una revolución a comienzos de los ’80 cuando equipos que representaban al Norte minero y vinculados con la explotación del cobre, el principal recurso minero del país vecino, hicieron una exitosa irrupción en el campeonato de Primera. Cobreloa, fundado en 1977 en Calama, fue campeón en cuatro ocasiones en esa década; Cobresal, cuyo slogan es “fuerza y temple minero”, se creó en 1979 en El Salvador, ascendió a Primera en 1982, ganó la Copa Chile en 1987 y fue subcampeón en los torneos de 1984 y 1988, detrás del Cobreloa en el último. En ese equipo de Cobresal que logró el ascenso se destacaba un volante goleador, al que por el poder y justeza de su pegada, especialmente en jugadas de balón detenido, apodaron “el mortero mágico”. Era Lobos Ramírez.

“Como tiene tanto tiempo para leer, le mandamos una carta larga”, contó su hija, Carolina Lobos. Desde las profundidades de la Tierra, Lobos agradeció el apoyo del ex capitán de la selección de Chile, uno de los personajes históricos del fútbol de ese país, Iván Zamorano, que comenzó a jugar al fútbol en el Cobresal y fue figura en la obtención de aquella Copa Chile del ‘87, en el que tuvo como compañero a Lobos Ramírez.

“Gracias a todos por las palabras, gracias a toda la hinchada y espero ojalá salir luego. Le agradezco mucho las palabras también a Iván Zamorano”, dijo Lobos. “Iván me mandó mucha fuerza, ánimo y apoyo hasta que esto pase.”

Zamorano admitió “haber llorado de alegría” el domingo, cuando se enteró de que su ex compañero estaba con vida. “Tenía una característica que nunca volví a ver en un futbolista –relató–; en los tiros libres le pegaba con el tobillo, dándole un efecto especial.” El Cobresal venció el domingo 1-0 como visitante al O’Higgins, por el campeonato chileno. Los jugadores le dedicaron el triunfo a Lobos Ramírez.

“A Iván lo conocemos desde hace tiempo, él iba a nuestra casa cuando yo era niña –contó la hija de Lobos– y ahora nos pusimos de acuerdo para reunirnos con mi papá cuando sea rescatado.”

Tres meses atrás, Lobos consiguió trabajo en la empresa minera como transportista, y quedó atrapado cuando el día del derrumbe llevó alimentos a los mineros en los túneles. El médico que coordina la operación de rescate, Javier Brand, recomendó a los mineros atrapados que “hagan ejercicio para que estén en forma para el rescate, que será a través de un pequeño orificio”. Si tuviera una pelota, Lobos quizá podría patear tiros libres otra vez.

Compartir: 

Twitter

Franklin Lobos Ramírez.
SUBNOTAS
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.