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Lunes, 29 de diciembre de 2014

GINóBILI

El señor de los anillos

El cuarto título en la liga por excelencia del básquetbol le permitió saldar una cuenta.

 Por Ariel Greco

Aquel triple de Ray Allen a menos de cinco segundos del cierre para mandar a tiempo suplementario el sexto partido de la final 2013 resultó un impacto durísimo para Emanuel Ginóbili. Ese hecho, sumado a que no había tenido el rendimiento que pretendía en algunos de esos encuentros decisivos ante Miami, motivó que el bahiense meditara la posibilidad del retiro, según lo admitió tiempo después. Pero un alma y una mente tan competitivas y perfeccionistas como las suyas no se podían retirar sin cambiar aquella imagen. Y durante 2014, la cuenta pendiente quedó saldada, con su cuarto campeonato en la liga más exigente del mundo.

Es cierto que sus piernas ya no son las mismas a los 37 años. Pero con inteligencia y conocimiento del juego, y con un entrenador como Gregg Popovich que lo cuida como la fórmula de la Coca-Cola, el bahiense compensa esa merma física para sostener un rendimiento similar a pesar del paso del tiempo, siempre aportando lo que el equipo necesita. Así lo demostró en la revancha ante Miami y resultó ser otra vez una pieza vital para obtener su cuarto anillo con San Antonio. Y de esa manera llegó a una marca impensada para un basquetbolista argentino cuando comenzaba el siglo: disputar 1000 partidos en la inalcanzable y venerada NBA.

Tal vez allí radica el mayor mérito de Ginóbili: naturalizó y convirtió en cotidiano algo que era imposible: que un argentino fuera figura casi todas las noches en ese mundo de fantasía al que sólo se llegaba con la televisión. Y lo naturalizó de tal forma que figura en el podio de los jugadores con mejor porcentaje de victorias de toda la historia de la competencia, con 71,1 por ciento de triunfos, mezclado con leyendas como Larry Bird y Magic Johnson, y por encima de su compañero Tim Duncan.

Claro que el precio de tanta gloria le pasó factura en una de sus debilidades: la Selección Argentina. Una maldita fractura por estrés y la presión que ejercieron los Spurs se combinaron para que Ginóbili no estuviera en el Mundial de España, cita en la que iba a ser su despedida con la camiseta argentina. De esa manera no pudo coronar como pretendía lo que hubiera sido un año perfecto.

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Imagen: AFP
 
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