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Lunes, 8 de septiembre de 2008

DEPORTES › LA ASOCIACIóN ROSARINA DE FúTBOL SIGUE CON LA SUSPENSIóN

"Hasta que sea una fiesta"

El titular de la Asociación, Mario Gianmaria, afirmó que pararán los campeonatos "el tiempo que sea necesario" y cuestionó a las autoridades. "Tendrían que ayudar a los clubes. La fuerza de seguridad no cumple el papel que corresponde", indicó.

 Por Eduardo Castilla

"Estamos dispuestos a parar los campeonatos el tiempo que sea necesario. Y hasta que podamos vivir una fiesta y no una situación de tensión o de locura, una guerra, como a veces sucede en el fútbol infantil o de inferiores". El titular de la Asociación Rosarina de Fútbol, Mario Gianmaria, se refirió a la suspensión por tiempo indeterminado de todos los certámenes que organiza la institución. Y apuntó contra el poder político: "debería ayudar a los clubes a mejorar su infraestructura, apoyar económicamente o con elementos para que puedan cumplir su rol. La fuerza de seguridad de la provincia no actúa como corresponde".

El punto de inflexión para que se tomara semejante determinación se produjo hace dos semanas cuando el árbitro Germán Hadad fue víctima de una golpiza a segundos de finalizar el partido de décima división entre Mitre de Pérez y Central Córdoba, por la octava fecha del torneo Gobernador Molinas. "Estamos luchando contra molinos de viento. Los hechos de violencia se volvieron tan cotidianos que hemos perdido la capacidad de asombro y de reacción. Fue una suma de episodios, ninguno de gravedad extrema, pero que nos obligaron a tomar esta decisión".

-¿Cómo cree que se puede combatir a los violentos?

-Contra la violencia sistemática, organizada, nos podemos preparar. Buscaríamos escenarios, mayor control, más seguridad. Pero es difícil luchar contra la violencia espontánea, la que sucede por un fallo de un árbitro o una acción imprevista. Por lo general están vinculados jugadores, padres, técnicos, allegados a las instituciones. No creo que eso se pueda prevenir.

-¿Entonces como se puede solucionar?

-Garantizar la seguridad no es obligación de los dirigentes. Es nuestra responsabilidad procurar que las competencias sean lo más normales posible, dentro de un marco de respeto, de tolerancia. El fútbol tiene que ser una fiesta y no un campo de batalla. Hay padres que no lo tienen en claro y van a volcar su agresividad, su frustración. La medida ha sido extrema, antipática para los que amamos al fútbol. Es una forma de tomar conciencia y alertar a otros actores que tienen que reaccionar. El poder político debería ayudar. La fuerza de seguridad de la provincia no actúa como corresponde. Es una vieja lucha donde hay que pagar en forma anticipada. Después no cumplen correctamente los servicios; llegan tarde y se van antes de tiempo.

-¿Qué pasó durante la jornada en que agredieron a Hadad?

-En este partido los policías estaban dentro de un auto. A unos 150 metros del lugar de los hechos. Hasta que llegaron pasaron minutos importantes y ni siquiera pudieron apresar al agresor.

-¿Es posible, entonces, que recurran a las autoridades para resolver el tema?

-Ante estos hechos de violencia pedimos que las fuerzas policiales se involucren. El secretario de Seguridad de la Provincia, Carlos Iparraguirre, planteó hacer una mesa grande con el jefe de Policía. En este caso puntual nos llamaron diez veces, pero nosotros lo hicimos una vez para hacer una reunión y no se pudo concretar.

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Gianmaria dijo que suspendieron los torneos por una suma de episodios de violencia espontánea.
 
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