2 San Lorenzo: Orión; Adrián González, Aguirre, Bianchi Arce, Aureliano Torres; Rivero, Juan Manuel Torres, Ledesma, Barrientos; Romeo, Bergessio. DT: Miguel Angel Russo.

1 Central: Broun; Bogino, Ribonetto, Braghieri, Núñez; Danelón, Borzani, Méndez, Cristian González; Ezequiel González; Zelaya. DT: Pablo Sánchez.

Goles: PT: 12m Danelón (C) y 39m Adrián González (SL). ST: 6m Adrián González (SL).

Cambios: ST: 10m Gómez por Méndez (C), 20m Franzoia por Ezequiel González (C), 21m Solari por Barrientos (SL), 28m Menseguez por Romeo (SL), 29m Hirsig por Rivero (SL) y 35m Vizcarra por Bogino (C).

Arbitro: Javier Collado

Cancha: San Lorenzo

Pablo Sánchez creyó haber tomado todos los recaudos: Armó un equipo con mayoría de defensores y paró dos líneas de cuatro. Durante algunos minutos, además, Vitamina creyó haber sido lúcido para, ante tanto jugador de marca, armar el ataque. Pero un detalle se le pasó por alto y todo se le derrumbó: La puntería de Adrián González para ejecutar tiros libres, recurso que le dio San Lorenzo una victoria merecida ante un rival que a los pocos minutos lo sorprendió en el marcador.

Central había pensado mucho en cómo defenderse y San Lorenzo en cómo asumir en dominio del juego. Aquella pulseada táctica ofrecida por los entrenadores tuvo un ganador en el primer tiempo, Pablo Sánchez. Pero esa supremacía no redundó en el marcador, porque, precisamente, Vitamina, dedicó pocas ideas ofensivas.

El canaya salió al campo de juego con mayoría de defensores y logró quitarle ritmo al juego, aunque para eso a veces tuvo que reiterarse en infracciones, que a la postre lo terminaría pagando con un par de goles de tiro libre marcados por Adrián González.

Muchos antes de eso, cuando Central desparramaba fuerzas en el medio, encontró algunas apariciones ofensivas. La primera la protagonizó Cristian González escapando por izquierda, aunque su centro atrás no llegó a ningún compañero. Y luego fue Ezequiel González el que inquietó, sacando un derechazo sobre el área mayor que se estrelló en el primer palo de Orión, ofreciendo la pelota un rebote que dejó a Danelón sólo para marcar la diferencia.

Ya en desventaja, San Lorenzo fue más confuso aún en el trato de la pelota, pero sus incapacidades para jugar en equipo se reemplazaban con pelotas detenidas, dado que el auriazul se salió del reglamento en diversas ocasiones para detener los desprolijos avances locales. Y en el segundo tiro libre del que se hizo cargo Adrián González puso la pelota sobre el palo de la barrera para equilibrar el marcador, a poco del final del primer tiempo.

Tan obsesionado estuvo Central por defender, que se olvidó de atender un recurso elemental del juego (la pelota parada) y que ni siquiera fue capaz de reconsiderar con el primer traspié. Porque en el complemento el equipo volvió a apoyarse en acciones ilegítimas para evitar que le lleguen a Broun, y otra vez fue Adrián González el que la pidió para volver a clavar en el palo del arquero un tiro libre producto de una infracción de Méndez.

Ya en desventaja, todos sus recaudos quedaron sin utilidad, puesto que daba lo mismo perder por uno, dos o más goles. Entonces Sánchez advirtió todos los recursos ofensivos que había resignado para plantear su esquema de juego, y terminó por tirar en cancha a Franzoia y Vizcarra, saliendo Ezequiel González a falta de 25 minutos de juego.

Las incursiones al otro lado del campo de juego fueron pocas: una corrida de Méndez, quien el eludir al arquero fue Rivero el que le negó el gol al despejar en la línea; una aparición de Zelaya, quien se desvaneció por la recuperación de Aguirre para poner la pierna y desviar el tiro del delantero; y una corrida del Kily, que concluyó con zurdazo desviado.