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Domingo, 24 de abril de 2016

CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA

En patas

 Por Adrián Abonizio

* "Andar descalzos sobre la tierra, sobre la arena es vivificante. Nos remite a nuestros ancestros. Hay que dejar fluir la captación de energía de la Madre Tierra. Al tiempo de ejercitar este modo de andar el mundo, en las plantas se forma un callo que supera cualquier superficie artificial: se ha armado la base de la vida en nuestros pies", dice con elocuencia el Maestro llamado a disertar en este coloquio de medicina natural. Los asistentes, en su mayoría médicos becados por laboratorios, aprueban mientras acomodan sus gordos glúteos en las sillas y piensan cuándo terminará este tipo de hablar pavadas, que los espera un buen almuerzo y vino caro. Todos llevan zapatones abotinados tan lustrosos como tóxicos. Pieles de animales muertos a palazos.

* El 24 de marzo del 2016 hubo miles, más que nunca, de marchantes por el 24 de marzo de 1976. Conmemorando la vida arrancada por el tóxico, la desmesura, el crimen del golpe de Estado de hace cuarenta años atrás. También estaban, en patas, como la soldadesca de los caudillos que acompañaban a su jefe a morir en las montoneras, todas las almas de los desaparecidos. En el aire estaba el Nunca Más, el amor, la sed de justicia y la sensación de estafa de un gobierno estampado en la gente, como una cachetada, como lo fue cada voto idiota e inútil que perpetró la elección de estos salvajes civilizados que hoy nos gobiernan.

* Cuando llegaron aquellos pibes de los confines, él se apiadó de ellos: estaban desharrapados, hambrientos, y muchos jugaban en patas. Luego se arrepintió. Terminaron robándoles la pelota y marcándolos a chuzazos. "¡Eran indios, eran indios!", gritaban los sobrevivientes. Nunca más confió en quien anda por la vida así. Aún hoy siente el reflejo y sube las ventanillas polarizadas ante el avance de alguno que pretende limpiarle el parabrisas. "Patas sucias", rebuzna por lo bajo. Se sabe equivocado pero los recuerdos aún le duelen exageradamente.

* "Para el vino patero se utiliza uva blanca o criolla negra. Se la pisa con botas en un lagar, y se la deja fermentar ocho días. La elaboración artesanal agrega encanto a los vinos y a los licores. Además, está hecha por humanos", argumenta el escritor mendocino. Enciende una chala y sentándose bajo un parral arrastrando la oración termina argumentando que "el anagrama de patero es poetar. Que sería algo así como agregarle algo de tufo literario al asunto.

* La técnica de Gerardo para sobrevivir sin gastar en taxis o colectivos y ser depositado en su propia casa a bordo de un auto, era de una astucia preclara. Cuando estaba en alguna fiesta y descubría a alguno con coche se acercaba y con su simpatía habitual se presentaba y lo rodeaba de buen humor y amistosidad. Casi siempre no fallaba: a la hora de irse el fulano, contento con la novedad de haber hecho un nuevo amigo, se ofrecía a llevarlo. "Tenés que fijarte si tienen el llavero respectivo", aclaraba. Andar a patas en la selva admite el ingenio y la mascarada.

* "El zapato es símbolo de propiedad, de algo unido a uno mismo, de ego en definitiva". En la Biblia, concretamente en Deuteronomio 25, 9 - 10, como gran reprimenda se dice: "Se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la casa de su hermano. Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado".

Perder los zapatos es como perderlo todo, se le quita el derecho de ser uno mismo.

En el antiguo Israel era costumbre para ratificar un pacto que una de las partes se sacara la sandalia y se la ofreciera a la otra parte, una cesión de propiedad en definitiva. A Cristo lo descalzaron y lavaron sus pies como símbolo de humildad. Luego se los clavaron.

En Arabia es tradición que el extranjero entrase a las tiendas o casas de los huéspedes descalzo, mostrando de esta manera que no tenía afán de propiedad alguna. "Voy a descalzarme para entrar a la Afip", masculla el tipo a la vez que lee.

* En el cuento de la Cenicienta vemos cómo el príncipe busca a su chica por el zapato que ésta se deja en el baile e identifica persona con la propietaria, inequívoca. ¿Porque no sucedió que alguna de las damas que se lo probaron tuviese el mismo tamaño que su dueña? Era muy probable, pero los cuentos otorgan a los objetos ese poder mágico de pertenencia y de absurdo.

* Un ejemplo más claro lo tenemos con los regalos de los Reyes Magos. Los niños ponen sus zapatos a la espera de regalos. Estamos de nuevo en la idea de mi zapato para mis regalos. La idea del calcetín, que en otros países se usa para recibir los regalos en el árbol, posiblemente sea una derivación del dejar los zapatos. Pero aquel pibe tenía tanta mala suerte que los visitantes les robaron su único par.

* Los chinos saben y deducen que la base del pie es el reflejo de los órganos y allí trabajan, comprimiendo, masajeando, curando. Eso no fue lo que le pasó cuando acudió al clínico por una fisura en su dedo gordo producto de un golpe.

--Hay que operar de inmediato", dijo secamente el facultativo.

--Pero, ¿por qué?

--Porque es necesario, caso contrario va a tener malas consecuencias.

El paciente, sintiéndose maltratado, se levantó y se dirigió a la salida. El médico salió de su escondite y le abrió la puerta: allí descubrió la brutal renguera del tipo de blanco, su añejo infortunio y su presente rencor.

* La adoración de pies es un pronunciado interés fetichista en los pies humanos. Esta parafilia también es llamada podofilia. Es uno de los fetichismos más comunes en los varones. Se dice que la planta de los pies es similar a las curvas femeninas. Gran parte de los fetichistas de pies perciben de manera erótica el calzado abierto femenino De la misma manera que la indumentaria y la lencería erótica. Incluso hay sitios porno dedicados al asunto. Nada como un mar de dedos desnudos femeninos en la playa para un enamorado de esta costumbre. Tarde lo descubrió Sixto, el dueño de la zapatería, cuando su empleado estrella, quien, desbordado por el empeine de una clienta empezó a besarle los dedos mientras gemía echado a sus pies. "No soy un pervertido -declaró ante la policía-. Nunca sabrán lo que es la belleza".

* Cuando el ex presidente de los Estados Unidos George Bush (hijo) fue a dar una conferencia en algún país del Oriente, un periodista le arrojó con un zapato que el asesino esquivó sin inmutarse. Le estaba profiriendo la mayor de las injurias, pues el calzado es sagrado allí y tienen que ver con el plantarse en la vida con honor. Dicen que el ex mandatario exclamó que era el gesto de un bromista solamente. Las cuestiones de dignidad, honra e integridad no entran en su cabezota poblada de misiles y barbarie.

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