18:40 › EL PRESIDENTE DE LA COMUNA 1 FUE ACUSADO POR SU EX JEFA DE GABINETE

Comunero PRO con denuncias de acoso

Roberto Salcedo, titular de la Comuna 1, fue denunciado ante la Justicia y el Inadi por acoso sexual por su ex jefa de Gabinete a quien despidió después de la denuncia. Las acusaciones fueron respaldadas por el testimonio de otras empleadas. Por Fabiola Yañez

La sede de la Comuna 1, donde ejerce la titularidad Roberto “Fatiga” Salcedo (foto) y donde se produjeron las escenas de acoso denunciadas.

Imagen: Jorge Larrosa.

Roberto Oscar “Fatiga” Salcedo (55), presidente de la Junta Comunal 1 de La Ciudad (San Telmo, Montserrat, Constitución, Retiro y San Nicolás) fue denunciado ante la justicia y el INADI por acoso sexual y maltrato laboral por su ex Jefa de Gabinete, María del Carmen Marone y varios empleadas más a su cargo. La denunciante describió en su presentación escenas escabrosas e insoportables que vivía a cotidiano en su lugar de trabajo.

Marone (55) fue la primera en denunciarlo. Lo hizo el 3 de junio último en la comisaría 16ª de la PFA y luego ante el INADI el día 6 del mismo mes. Ella se desempeñaba como Jefa de Gabinete de la Comuna y en esa condición formuló sus denuncias. Luego de hacerlas fue despedida en represalia y sin previo aviso.

Salcedo es radical y acompaña la gestión de Cambiemos en la ciudad y en el plano nacional. En las últimas elecciones fue elegido comunero en representación del PRO. Su proximidad política al Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y especialmente al ministro de Seguridad Martín Ocampo, le permitieron convertirse en presidente de la Junta Comunal 1 de la Ciudad.

Según Marone, Salcedo tenía un trato “misógino y acosador con sus empleadas. A mí me ha llegado a manosear y a amenazarme con retirarme el contrato de empleo si reaccionaba. Con otras mujeres a las que les facilitó un contrato, también les pedía favores sexuales a cambio de renovarles el contrato o conseguirles comida”.

Otra trabajadora que se sumó a la denuncia aseguró que Roberto Salcedo “cerraba su oficina con llave cuando llamaba a alguna de sus empleadas” y, según amplió la propia Marone, “si no ponía la traba en el baño él se metía atrás mío hasta que debía empujarlo.”

En la denuncia penal Marone sostuvo que “yo iba caminando y Salcedo me metía la mano en la cola y en los pechos, y me decía ‘qué pezones grandes tenés’. Con este tipo de comentarios yo me sentí sumamente ultrajada, violentada en mi condición de mujer”, y continúa: “Si se sentaba al lado mío se las ingeniaba para meterme las manos entre las piernas”. También sostuvo que “(...) yo una vez le di un cachetazo y me dijo ‘ay ay, pegame que me gusta (...) yo me voy a terminar casando con vos’”.

El nombre de Salcedo era casi desconocido, pero a partir de las denuncias asumió otra relevancia en el juego político local, bastante más allá de su anterior alcance como puntero barrial devenido en funcionario. Actualmente se sumaron a la de Marone otras cinco imputaciones en su contra de empleadas de la comuna, que también le atribuyeron a Salcedo actitudes de violencia de género además de manejos poco claros con los fondos que manejaba. Analía Fernanda Viola (38), soltera con dos hijos, que trabaja como ordenanza en el tribunal de Faltas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sostuvo que el funcionario solía proponerle “realizar facturas ficticias y a cambio ofrecía un porcentaje de las mismas”.

Marone, quien abrió el camino de las denuncias contra Salcedo, se ocupaba de autorizar los gastos de la comuna. “Sin embargo, diversos enfrentamientos originados en las reiteradas negativas de ella a concederle favores sexuales y a no firmar documentos y facturas con sobreprecios, terminaron deteriorando el vínculo profesional”, según relató una de las entrevistadas. En su denuncia, Marone además describió que “en una oportunidad, yo le pregunté por una joven que había contratado y que no sabía ni escribir la palabra presidente, yo le pregunté por que gastaba un contrato público en una persona que no tenía ninguna preparación para el cargo y Salcedome respondió: ‘con el culo que tiene qué me importa si sabe escribir o no’”.

En las investigaciones en curso aparecen otros testimonios que coinciden en las acusaciones contra Salcedo. Una empleada que se desempeñaba como secretaria de la denunciante, cuya identidad se mantiene en reserva, agrega su propia experiencia: “No me dejé abrazar”, asegura “y luego de la segunda vez que él lo intento, empezó el hostigamiento”.

Remarcó también que una de las exigencias que imponía el titular de la Junta Comunal 1 para trabajar ahí “era no estar casada o ser madre soltera”. Ella reconoció ante la Justicia haber sido testigo del acoso sufrido por María del Carmen Marone en dos ocasiones, la primera en febrero y la segunda en marzo. En una de ellas se desato un fuerte griterío y otra terminó con una cachetada que Marone le proporcionó al funcionario. La secretaria sostuvo que luego presentó una denuncia en el INADI por Hostigamiento Laboral.

Desde que se la investigación para esta nota, más de una de las entrevistadas fue víctima de intimidaciones. La última fue una llamada telefónica que recibió Marone el día 16 de este mes: “Me llamó una persona presentándose como abogado, dijo que su nombre era Roberto y que él había estado reunido con el señor Daniel Angelici y que Daniel Angelici le había preguntado cuánto dinero necesitaba yo para parar con estas denuncias, razón por la cual él se estaba comunicando conmigo”.

Marone agregó que “en el edificio de Paseo Colón 1333 (Ministerio Público Fiscal de la Ciudad) escuché al señor Martín Ocampo, ministro de Seguridad, decir a otro hombre que si él quería me armaba una causa en dos minutos”, y subrayó que “Martín Ocampo lo dijo, yo lo escuché, eso me dio miedo”. Todos estos dichos constan en la misma denuncia penal efectuada en la Fiscalía Penal, Contravencional y Faltas Nº 35.

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