El volante de Boca Juan Román Riquelme quiere jugar el próximo domingo frente a Vélez, por la séptima fecha del torneo Apertura, pero los médicos del plantel recomendaron que no lo haga, debido a que no se recuperó de un esguince de grado dos en el tobillo derecho.

Riquelme trabajó ayer por la mañana nuevamente en forma diferenciada en el gimnasio del predio de Casa Amarilla, y los médicos que lo revisaron observaron que el futbolista no está en condiciones físicas de volver a jugar. “La recomendación médica es que no juegue, porque tiene el tobillo muy inflamado. Hay que esperar la evolución de las próximas horas, pero el panorama es muy complicado”, dijo el médico del plantel, Pablo Ortega Gallo, quien indicó que de todas formas se le presentará un informe al cuerpo técnico, para que el entrenador, que también escuchará el pedido del jugador, tome la decisión.

El volante integró la formación de Boca en tres partidos del actual campeonato, donde el equipo logró un empate (frente a Newell’s, en la Bombonera) y dos derrotas (ante Atlético Tucumán por 2-0 y Godoy Cruz por 3-2) y se espera que pueda jugar frente a Racing, por la octava fecha.

Tampoco está en condiciones de retornar el lateral izquierdo paraguayo Claudio Morel Rodríguez, afectado por un esguince en la rodilla izquierda. Tal como ocurrió el lunes, Basile tampoco pudo ayer conformar un equipo en el entrenamiento a doble turno en Casa Amarilla, ya que hubo ausencias de los convocados a la Selección –el lateral izquierdo Luciano Monzón, los volantes Nicolás Gaitán y Federico Insúa y el goleador Martín Palermo– y de los que jugarán en Reserva ante Estudiantes.

Con sólo diez futbolistas, Basile dispuso un ensayo de fútbol cinco. Sobre el final de la práctica, se retiró Krupoviesa con un fuerte traumatismo en el tobillo izquierdo. En tanto que al delantero Pablo Mouche se le retiró la férula que tenía como consecuencia de su esguince grado dos en su tobillo derecho y comenzó con los ejercicios de rehabilitación.

La nota de color del entrenamiento matutino fue la presencia de Alberto Márcico, ídolo de la entidad que brilló en la década del ’90, quien observó la práctica sentado en la tribuna.