EL PAíS › ASAMBLEA DE LOS DELEGADOS SUSPENDIDOS EN KRAFT

Sigue la movilización

Los delegados suspendidos se reunieron anoche en la puerta de la fábrica. Marcharán hoy junto a la CTA y mañana al Ministerio de Trabajo. Denunciaron más suspensiones y presiones de la empresa.

 Por Adriana Meyer

Los primeros silbidos que se escucharon fueron contra la policía que sigue apostada adentro de la fábrica, los segundos en repudio de la embajada de Estados Unidos. “Este gobierno no se puede someter a las órdenes de otro, por más que sea la mayor potencia. Somos un país soberano con nuestras leyes y conquistas. No es cierto que (el ministro Carlos) Tomada no tenga atribuciones para intervenir más fuerte, como le pedimos. El Estado tiene que mantener la paz social y las fuentes de trabajo”, dijo con toda la voz al megáfono el delegado despedido Javier Hermosilla. “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, cantaron luego del aplauso los operarios de Kraft (ex Terrabusi) en la asamblea que realizaron a las 21 en la puerta de la planta, al término de la cual votaron movilizarse al Ministerio de Trabajo bonaerense, donde mañana volverán a reunirse delegados, funcionarios y empresarios. También decidieron marchar hoy con la CTA por la “libertad sindical”.

Ayer los delegados despedidos de los tres turnos no pudieron ingresar a la fábrica y denunciaron que hubo más suspensiones, que la policía sigue en la planta y que la empresa no pagó la totalidad de salarios y presiona a los trabajadores para activar la producción y para acordar retiros voluntarios. Desde el Ministerio de Trabajo nacional afirmaron que el cumplimiento de esos compromisos “se está gestionando” y recordaron que todavía queda un día de plazo. Además, hoy enviarán para verificar si los representantes gremiales pueden traspasar el portón de Henry Ford al 3200. Caso contrario dispondrá sanciones económicas y los abogados de los delegados podrán iniciar las acciones legales correspondientes por violación de la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales.

De las 36 líneas de producción que tiene Kraft en Pacheco, ayer sólo pudieron arrancar cinco, en las que comenzó la fabricación del budín de Navidad y de las galletitas Cerealitas. Los empleados hicieron tareas de limpieza. Durante los casi 40 días que la planta estuvo paralizada se acumuló “grasa dura”, la crema utilizada para galletitas como las Oreo, y en la harina de los silos se hicieron grumos de donde nacen insectos.

Página/12 presenció el intento de ingreso del turno noche. “El punto 5 de la resolución de ayer (por el lunes) dice que se intima a la empresa a que garantice a los delegados suspendidos el ejercicio de su función en el establecimiento según el artículo 30 del decreto 467/88”, leyó a los gritos Hermosilla en la puerta. Los encargados de vigilancia y seguridad avanzaron entre la fila de “tortugas” de la Infantería bonaerense, con sus cascos, escudos, pecheras naranjas, hasta el mínimo espacio abierto de la reja perimetral, para impedirles entrar. En medio del scrum de periodistas y gremialistas aplastados contra la reja se iban abriendo paso los trabajadores que tenían que entrar a las 22, aunque algunos demoraban su ingreso para quedarse en la asamblea. En el parque varias filas de policías a caballo presenciaban la escena. “Que venga el jefe de relaciones laborales”, pedía Ramón Bogado, miembro de la comisión interna y dirigente del Partido Comunista Revolucionario (PCR).

“Nos exhortaron a no hacer cortes, así que vamos a plantear a los compañeros esperar hasta el jueves. Estamos demostrando que queremos dialogar, vamos a ir a la audiencia del jueves, pero queda clara la intransigencia total de la empresa, que no cumple con lo que firmó en el ministerio”, anticipó Hermosilla, que milita en la Agrupación Desde Abajo de la Alimentación donde participa el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y sobre quien pesa una medida cautelar que le impide pisar Kraft. Pertenece al turno noche, como la mayoría de los despedidos porque, según ellos, “son los más combativos”.

¿Por qué sigue adentro la policía?, preguntaron los cronistas. “Adentro hay una presión terrible para largar las líneas (de producción), ellos dicen que está todo bien, pero los compañeros están conmocionados, tengan en cuenta que no tienen a sus delegados, hay amenazas de suspensiones si no quieren largar las líneas, una presión sistemática por la que llaman a los compañeros a sus domicilios para que arreglen indemnizaciones, que son despidos encubiertos, esos cursos en el quincho que son lavados de cabeza para olvidarse de los reclamos, que ya dejamos a esta gente afuera, dicen”, explicó Oscar Coria, otro delegado despedidos.

“A pesar de la bronca que había ayer, de que así no se puede laburar, con la cana en las líneas, en el comedor, con esos cursos en la cabeza, otra vez el alambre de púas, y que nos dicen que salgamos fuerte, decimos que hay que movilizarnos en forma masiva con los que nos vienen acompañando el jueves al ministerio para garantizar que acá no se mueve ni una sola galleta hasta que todos estemos otra vez adentro”, gritó Hermosilla. Y las manos levantadas refrendaron la propuesta.

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Los delegados silbaron a la policía y a la embajada de Estados Unidos.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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