DEPORTES › LA AGRESION A CABAÑAS REMEMORA EL TRAGICO CASO ESCOBAR

Asesinado por marcar un gol en contra

Las discusiones sobre fútbol se sabe cómo empiezan pero no siempre cómo terminan. La historia del fútbol está llena de polémicas y crispaciones y la violencia suele encontrar en ellas un buen motivo para mostrar su furia implacable. La discusión en el baño de un bar de la capital mexicana en la que el goleador paraguayo Salvador Cabañas terminó con un balazo en la cabeza tiene un trágico antecedente: el caso del marcador central de la selección colombiana Andrés Escobar, muerto a balazos en el estacionamiento de un boliche nocturno en Medellín, por un sujeto que le recriminó el haber marcado un gol en contra en el Mundial de Estados Unidos ’94, torneo al que Colombia llegó con aspiraciones pero en el que no consiguió superar la primera ronda.

Escobar, jugador del Atlético Nacional de Medellín, integró la mejor formación del seleccionado colombiano, que contaba con jugadores de la talla de René Higuita, Freddy Rincón, Faustino Asprilla, Adolfo “El Tren” Valencia y el exquisito Carlos Valderrama. El gol en contra en la segunda fecha del Mundial ’94, cuando su equipo cayó en el estadio Rose Bowl, de Los Angeles, por 2-1 ante el combinado anfitrión –incluso la eliminación en primera ronda del equipo que dirigía Francisco Maturana– no tendrían mayor relevancia salvo porque fueron el desencadenante del asesinato del futbolista.

Cuando su selección regresó a Colombia, Escobar solicitó unos días de vacaciones. Pasaron sólo diez días de su regreso cuando, en el estacionamiento del boliche El Indio, fue insultado por Humberto Muñoz Castro, guardaespaldas de una pareja de hermanos empresarios a quienes las autoridades vinculaban con el narcotráfico y con el mundo de las apuestas, aunque esto último no pudo ser comprobado.

Escobar reaccionó como lo hizo Cabañas. Desafió a su agresor, le exigió respeto, según expresaron distintos testigos, y el matón le vació un cargador en el cuerpo. Fueron doce tiros. El defensor murió cuando era trasladado al hospital. Víctor Aristizábal y el ex Boca Mauricio Serna, también compañeros de selección, junto con el arquero Higuita, debieron reconocer el cadáver.

El asesinato de Escobar conmovió a Colombia. Unas 120.000 personas asistieron a sus funerales y acompañaron el féretro unos diez kilómetros hasta el cementerio. El entonces presidente de Colombia, el liberal César Gaviria, brindó un conmovedor discurso ante la multitud.

La Justicia colombiana condenó a Muñoz Castro a 43 años de cárcel, luego redujo esa condena a 23 y, finalmente, en 2005, un juez de ejecución de penas le otorgó los beneficios que le permitieron salir de la cárcel habiendo cumplido menos de la mitad de la condena.

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El gol en contra de Andrés Escobar.
 
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