Si Godoy Cruz le gana hoy a Banfield en el sur y Vélez no puede con Gimnasia el domingo, el elenco mendocino habrá llegado a la punta del Clausura, a sólo cuatro fechas para la finalización del certamen. Sin embargo, el uruguayo Jorge Da Silva, entrenador del equipo mendocino, no quiere soñar más de la cuenta y abocarse al objetivo que se fijó desde el inicio del campeonato. “La idea es clasificar a la Copa Sudamericana para que el club siga teniendo protagonismo, aunque a veces haya que hacer un esfuerzo para no ilusionarse tanto”, le confió el entrenador a Página/12. “Dirigir en un medio tan competitivo da mucho prestigio y por eso quiero trabajar acá por varios años más”, afirmó.

–Estamos ilusionados, no lo puedo negar, pero no podemos desviarnos del objetivo principal que tenemos y que nos habíamos fijado para este campeonato: clasificar a la Copa Sudamericana. Esa es la prioridad, y bueno, todo lo demás vendrá si seguimos jugando en el nivel que mostramos ante Newell’s, que para mí fue uno de los mejores partidos que hicimos en el año. Sabemos que está Vélez, que es un gran equipo, pero si estamos en la pelea por algo debe ser, ¿no?

–Y... Creo que un poco de los dos. A veces no podemos despegarnos de la tónica en la que están los demás equipos del fútbol argentino, que muestran bastante irregularidad. De todos modos, en los últimos partidos creo que corregimos eso y estamos más equilibrados, más cerca de lo que pretendemos de este plantel.

–Soy crítico, siempre busco mejorar y sé que aún el grupo no llegó a todo lo que puede dar, no explotó en todo su potencial. Por ahora somos un equipo duro, con personalidad y que no renuncia a presionar. Pero nos falta tener más juego y mejor manejo de pelota, pero es algo que vamos encontrando con el correr de los partidos.

–Sí, seguro que es eso y tener un poco más de experiencia a la hora de cerrar los partidos. A veces, por falta de oficio, perdimos algunos puntos de manera increíble, pero todo sirve para crecer como grupo.

–Sin dudas. Hicimos buenos partidos, pero no supimos resolver algunos otros, sobre todo los que jugamos en Mendoza contra Peñarol e Independiente. La eliminación la sufrimos ahí, no cuando perdimos en Quito contra la Liga en la última fecha.

–Sabía que venía a trabajar en un equipo que tenía aspiraciones e iba a jugar la Libertadores. Mi idea era ser protagonista y tratar de que primero se consiguiera una identidad, para después pelear por un título, pero en el fútbol argentino los tiempos se aceleran un poco.

–Algunos dicen que es por la irregularidad que tienen algunos equipos, como marcaba antes, pero no se discute cómo se llegó a esa realidad. En algunos casos, se vendieron jugadores jóvenes demasiado rápido y eso puede repercutir en el nivel de algunos equipos, sobre todo los grandes, no lo niego. Pero de todos modos, el fútbol argentino es muy competitivo, muy parejo, por esencia, y creo que ésa es la razón principal de que todo sea tan cambiante.

–Nivelan hacia abajo lo que hacen las cosas mal, los que no trabajan bien en las divisiones inferiores. No creo que Vélez, Lanús y Banfield, que pelearon los últimos campeonatos, hayan nivelado hacia abajo. Cuando en la Argentina empieza un campeonato, hay por lo menos diez equipos con posibilidades de pelear por un título, algo que no sucede en otros países, sobre todo en Uruguay, donde me formé como futbolista: siempre es entre Peñarol y Nacional, y rara vez interviene un tercero. Acá la cosa es más pareja, desde el vamos.

–Claro, dirigir aquí y tener éxito es algo que prestigia mucho. Mi sueño es trabajar acá por muchos años más. Ojalá que pueda seguir haciéndolo en Godoy Cruz.