No lo quiso usar como excusa para explicar la rápida caída, pero Juan Martín Del Potro reveló ayer que “no estaba en las mejores condiciones anímicas” para jugar el Masters 1000 de Miami, en el que fue sorpresivamente eliminado por el alemán Tobías Kamke en su partido debut en la segunda ronda.

El tandilense, número 7 del ranking mundial, apuntó que “un problema de salud de un familiar” le impidió enfocarse en el tenis durante su estadía en Key Biscayne, aunque lo desvinculó como “excusa de la derrota”. “Agradezco la preocupación y el apoyo que recibí y más después de haber participado en Miami. Por suerte ya está todo mejor. Ahora es tiempo de estar con mi familia”, señaló a través del comunicado.

Cerrada la primera gira sobre canchas rápidas en la temporada, el argentino hizo “un balance positivo pese a la lesión en la muñeca izquierda” que lo aqueja. En ese lapso, Del Potro fue campeón en Rotterdam, accedió a los cuartos de final en Marsella, llegó a las semifinales en Dubai y perdió ante el español Rafael Nadal la final de Indian Wells, en el primer Masters 1000 de la temporada.

La idea de Del Potro es descansar una semana para luego retomar los entrenamientos con vistas a su retorno al circuito, a fines de abril en Portugal. De esa manera, a su conocida negativa a participar de la serie de cuartos de final de la Copa Davis ante Francia de la próxima semana, se sumará su baja al Masters 1000 de Montecarlo, el primero que se disputará sobre polvo de ladrillo.

“Después del descanso, comenzaré a entrenarme en polvo de ladrillo para regresar al circuito”, anunció el argentino, que tendrá que defender el bicampeonato en el certamen de Estoril. “Como siempre, gracias por el respeto de los que siguen mi carrera. Seguiré preparándome con el objetivo de acercarme a los puestos de arriba y luchar en los grandes torneos”, sostuvo el tandilense.

Además de remarcar el tema del descanso que se tomará, Del Potro informó que se volvió a tratar por la dolencia en la muñeca izquierda con el doctor Richard Berger antes del comienzo de Indian Wells. “Sigo con el tratamiento que me aconsejó”, indicó el mejor tenista argentino de la actualidad. De acuerdo con el diagnóstico que hizo el médico que lo operó hace dos temporadas, Del Potro padece un esguince ligamentario de grado uno, lo que le permite jugar sin inconvenientes, más allá del dolor que le produce.