La Copa Libertadores tendrá cambios el próximo año, anunció ayer vía Twitter el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez. Los principales tienen que ver con la duración del certamen, que pasará de un promedio de 27 a 42 semanas y se jugará de febrero a noviembre. Además, la final se disputará a un solo partido en un estadio neutral, como en la Champions League. También trascendió que el número de representantes por país será definido en una reunión del Consejo de la Conmebol, a celebrarse en tres semanas, con el aumento en la cantidad de participantes: pasaría de 38 a 42 clubes. Esto abrió las puertas al probable ingreso de Boca y River en la edición 2017, que cuentan con chances por aparecer en lo más alto de un ranking que se confeccionaría considerando, entre otros ítems, la performance histórica de los clubes federados. Otra idea es que los diez clubes de la Copa Libertadores que no avancen a los octavos de final continúen su camino en la Copa Sudamericana.