DEPORTES › WILLIAMS DERROTO 6-1, 6-2 A SHARAPOVA EN LA FINAL

La insaciable Serena retornó con todo y celebró en Australia

La estadounidense protagonizó un regreso increíble al ganar por tercera vez en Melbourne llegando desde la clasificación. Es su octavo título de Grand Slam. Trepará desde el puesto 81º al 14º.

 Por Daniel Garcia Marco
Desde Melbourne

La estadounidense Serena Williams consumó ayer su meteórico regreso a la elite del tenis con el título del Abierto de Australia, al ganarle a la rusa Maria Sharapova por 6-1 y 6-2 en apenas 63 minutos de juego. Williams, 81 del ranking, se adjudicó su tercer título en Melbourne, su octavo de Grand Slam, y lo hizo ante la nueva número uno del mundo y con un partido extraordinario, tras un 2006 en el que apenas jugó por problemas físicos.

Pocos confiaban en que fuera capaz de ganar otro “grande” cuando en julio pasado ocupaba el puesto 139 del ranking por culpa de su rodilla. Hace dos semanas volvió a jugar en Hobart y cayó de forma prematura. En 2006 apenas jugó 16 partidos en cuatro torneos y ayer se convirtió en la tercera campeona en Australia con peor ranking. Y lo hizo con una actuación que pone en jaque a Sharapova, a partir del lunes número uno mundial.

“Fue una victoria increíble. Tuve tantos críticos, tanta gente hablando mal de mí, diciendo que no estaba en forma”, se dirigió a todos aquellos que se mofaron de su tenis oxidado y su figura redonda. “Sentí que estaba en forma y que podía jugar tres horas si era necesario. Si alguien me dice ‘no’, yo demostraré de lo que soy capaz”, señaló. Pero Williams no necesitó tres horas, le bastó poco más de una. Empezó arrolladora, con un poderoso servicio y atacando sin respiro con devoluciones ganadoras el endeble saque de Sharapova, impotente ante la agresividad y el acierto de Williams. La estadounidense estaba motivada y decidida a ganar el título una vez plantada en la final.

Williams dominaba el juego con sus golpes ganadores, su buen porcentaje de primer servicio y sus moderados errores no forzados. La rusa parecía de cristal y mientras se preguntaba qué hacer para meter en la cancha un primer saque se vio de repente con un 5-0 en contra. La mirada felina de Williams lo decía todo. Habían pasado 26 minutos y la estadounidense ganaba el primer set por 6-1.

Se preveía una final rápida en un Rod Laver Arena con el techo cerrado por el riesgo de lluvia. Serena ya había actuado en indoor la final de 2005 en Melbourne, la última vez que jugó y ganó un título de Grand Slam. Pero Williams era más que fuerza y físico. Se había guardado el mejor partido para la final. A su músculo añadía cerebro, sabía cómo hacerle daño a la rusa que, incapaz de ganar su servicio, se vio 2-0 abajo en el segundo set. No quedaba mucho tiempo para reaccionar.

“El servicio será clave, tendré que sacar bien”, profetizó Sharapova el día anterior. Y fue en lo único que acertó, ya que sufrió un 51 por ciento de primeros servicios. Pero no sólo era el saque. Sharapova no podía controlar sus golpes y no encontraba sus tiros ganadores, aunque forzó un poco más para el 5-2. Williams sacó para ganar y lo hizo con un juego en blanco, sin oposición, como durante todo el partido, en el que logró 28 golpes ganadores por los 12 de su rival. Un revés ganador cerró el duelo.

La estadounidense es la segunda jugadora que gana en Australia sin estar preclasificada, y el lunes en el nuevo ranking mundial saltará del puesto 81 al 14, la confirmación de su regreso a la elite.

Williams dedicó el título a su hermana Yetunde, tiroteada en 2003. “No está aquí pero la quiero mucho. Dije hace un par de días que si ganaba sería para ella”, señaló conteniendo las lágrimas ante los aplausos del Rod Laver Arena, que asistió a un partido fugaz jugado por una sola de las competidoras. “Soy insaciable, siempre pienso que puedo hacerlo mejor”, respondió cuando le comentaron su excelente partido. “Este es mi carácter”, aseguró. Serena ya ganó en Melbourne en 2003 y 2005 y es la séptima mujer con tres títulos en Australia.

Sharapova no puso reparos a su clara derrota. “No pude ganar el partido más importante, pero soy segunda. Por un lado estoy orgullosa, por otro, triste”, comentó la rusa. “Nunca se puede subestimar a Serena como oponente. Muchos podían no esperarla en la final, pero yo sabía de qué era capaz”, agregó Sharapova, que fracasó en su primera final en Melbourne. “Es una gran campeona y lo demostró muchas veces. Espero jugar con ella muchas veces más y ganar alguna”, comentó la rusa.

Compartir: 

Twitter

Serena se aferra a su copa. “Tuve muchos críticos”, se defendió.
 
DEPORTES
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.