EL MUNDO › ECOLOGISTAS ACUSAN AL PRESIDENTE NORTEAMERICANO DE NO ENFRENTAR EL PROBLEMA

Un plan ambiental para que todo siga igual

En su discurso anual ante el Congreso, Bush admitió por primera vez la existencia del calentamiento global, pero las soluciones que propuso fueron tan modestas o impracticables que destacados ecologistas dijeron que es casi como no hacer nada.

 Por Andrew Buncombe *
Desde Washington

Los ecologistas no están impresionados con la promesa de George Bush de desarrollar fuentes alternativas de energía, acusándolo que no enfrentar los verdaderos temas que llevan al cambio climático. En su discurso del martes, Bush pidió que se le dé un gran impulso a la producción de combustiles alternativos, junto con un aumento en las normas de eficiencia para los vehículos a nafta. “Estas tecnologías nos ayudarán a timonear la ecología, y nos ayudarán a enfrentar el serio desafío del cambio global climático”, dijo.

Bush recomendó un aumento quíntuple en la producción de etanol y de otros combustibles alternativos. Dijo que el aumento en la producción –hasta 35 mil millones de galones para 2017– reemplazaría hasta el 15 por ciento del uso anual de petróleo. Tomado junto con otras reformas, incluyendo un aumento anual del 15 por ciento en los normas de la eficiencia de vehículos comenzando en 2010, Bush dijo que su plan podría reducir el consumo de petróleo en un 20 por ciento en la próxima década. Pero los activistas dijeron ayer que a pesar de lo impresionante que pueden haber sonado los planes de Bush –especialmente dada su reputación de intransigente sobre temas como el del tratado de Kioto– ofrecían poco en sustancia.

“No hay una revolución en la política para evitar el calentamiento global en nada de lo que está proponiendo el presidente, no importa cómo trate de contarla la Casa Blanca”, dijo Phillip Clapp, presidente del National Environmental Trust. “Las cifras fueron calculadas para que sonaran grandes y altisonantes, pero el presidente está siendo tan intransigente con el calentamiento global como lo es con Irak, ignorando al Congreso, a los empresarios más importantes y al público, que ha pedido acción.” Añadió: “Las propuestas del presidente no contribuirán en nada para detener el calentamiento global. Permitirán que nuestras emisiones de dióxido de carbono crezcan un 14 por ciento en los próximos 10 años”. Otros recibieron bien el reconocimiento de Bush de la amenaza de calentamiento global pero advirtieron que algunas de sus propuestas podrían hacer más mal que bien.

“Propuestas obstinadas podrían resultar contraproducentes: podríamos terminar con vehículos un poco más eficientes funcionando con combustibles mucho más sucios que aceleran el calentamiento global”, dijo Frances Beineck, el presidente del Consejo de Defensa de Recursos Naturales. “Convertir al carbón en combustible líquido para el transporte, por ejemplo, podría generar casi dos veces la cantidad de polución por calentamiento global que lo que hacen hoy los combustibles basados en petróleo. De la misma manera el producir combustibles alternativos, como etanol, de rodajas de madera que provienen de bosques en peligro, provocaría un daño ecológico más amplio.” Los ecologistas son escépticos en cuanto a los beneficios de la producción de etanol, que puede dar un impulso a los productores de maíz pero puede hacer poco por disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Mientras quemar etanol producido por maíz es “carbón neutro” –emite el dióxido de carbono que ha guardado durante su crecimiento–, la producción de etanol requiere de combustibles fósiles. “El transporte de los combustibles, el procesamiento de los combustibles, todo eso requiere energía que actualmente está impulsada por una economía basada en el combustible fósil. De manera que todos esos proyectos biocombustibles añaden al efecto invernadero”, dijo Jan Kowalzig, de Amigos de Mundo Europa.

Los que hacen campaña dicen que daba lo mismo que Bush hablara o no de un recorte en las emisiones de dióxido de carbono –algo a lo que su administración siempre se ha opuesto, a pesar de los pedidos por ese límite tanto dentro como fuera de los Estados Unidos–. “Sigue siendo engañoso”, dijo Steve Sawyer de Greenpeace. Otros recibieron con beneplácito los comentarios de Bush. Sir Nicholas Stern, el asesor económico del gobierno británico y autor de un informe que advertía sobre los crecientes costos del cambio climático, dijo en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza: “Hay un reconocimiento en el vínculo entre el cambio climático y la actividad humana. Hay que reconocer lo que cada uno está haciendo”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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