La balanza comercial terminó 2008 con un superávit record de 13.176 millones de dólares, un 19 por ciento más que en 2007. Las exportaciones, impulsadas en su mayor parte por aumentos de precios, ascendieron hasta 70.589 millones, lo que también es un record. Sin embargo, en diciembre todo fue al revés. El superávit cayó 52 por ciento en forma interanual, hasta 862 millones de dólares, con un derrape de las exportaciones y un pronunciado descenso de las importaciones. Las primeras bajaron 24 por ciento contra igual mes del año anterior, mientras que las segundas lo hicieron en 11 puntos. Es reflejo del impacto de la crisis internacional sobre el dinamismo del sector externo.

Pese a los vaivenes en el precio de los commodities, una demanda externa menos dinámica y la apreciación cambiaria que experimentó el país a mitad del año pasado, las exportaciones aumentaron un 27 por ciento en 2008. Casi la totalidad de este incremento se debió a mejoras en el precio de los productos mientras que las cantidades cayeron hasta 9 por ciento en algunos de los rubros. La excepción fueron las manufacturas de origen industrial (MOI) donde el volumen vendido creció 17 por ciento el año pasado. Las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y las MOI fueron los rubros de mayor participación en las exportaciones argentinas, con dos tercios del total. Por su parte, los productos primarios (como cereales, semillas, pescados y frutas frescas), que representan el 23 por ciento de las ventas, experimentaron un incremento promedio del 40 por ciento en su precio.

Por su parte las importaciones crecieron en 2008 un 28 por ciento y alcanzaron los 57.413 millones de dólares. En este caso las cantidades aumentaron 16 por ciento, mientras que los precios lo hicieron en 11 por ciento. Los mayores incrementos en términos de cantidades se registraron en la entrada de bienes de consumo (incluye autos) y en el rubro de bienes de capital y sus repuestos. En cuanto a precios, los combustibles y lubricantes se llevaron el primer puesto con una suba del 54 por ciento. En diciembre, las importaciones mostraron un fuerte parate en todos los rubros reflejando, en parte, el impacto de la crisis sobre la economía local.

En diciembre las ventas al exterior de productos primarios cayeron 44 por ciento, principalmente los envíos al Mercosur y los países asiáticos. Las MOA cedieron 22 por ciento; las MOI, 12, y los embarques de combustibles, 31 por ciento.

El año pasado, el principal socio comercial siguió siendo el Mercosur al concentrar el 23 por ciento de las exportaciones argentinas y el 35 por ciento de las compras al exterior. El intercambio con el bloque finalizó 2008 con un saldo comercial negativo de 4009 millones de dólares. En este resultado fue determinante el intercambio con Brasil. La balanza comercial con el país vecino cerró el año con un déficit de 4600 millones de dólares. Autos, combustibles, plásticos y cereales representaron más de la mitad de las ventas a ese destino.

En 2008, Brasil representó el 18,4 por ciento del comercio exterior argentino. Los especialistas esperaban que las exportaciones a ese destino superasen el 20 por ciento del total, pero sufrieron una fuerte caída en los últimos meses del año. Preocupado por el deterioro en el resultado comercial, el gobierno de Lula amplió el espectro de productos que necesitan solicitar Licencias Previas para entrar a su país. Las autoridades de Brasil negaron que estuvieran buscando impedir la entrada de mercaderías y explicaron que la medida apuntaba a mejorar la información sobre el sector externo. Tras un aluvión de críticas, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, anunció ayer la marcha atrás de las medida (ver aparte).

Mientras que el gobierno de Cristina Fernández concentra gran parte de sus esfuerzos económicos en resolver los problemas financieros, como el flamante canje de los préstamos garantizados, y negocia con los holdouts, varios especialistas remarcan la necesidad de una mayor intervención del Estado hacia el sector comercial. El reclamo apunta al desarrollo de políticas que modifiquen el perfil de especialización hacia bienes de mayor valor agregado y contenido tecnológico para prevenir el fantasma de la restricción externa.