ECONOMíA › EL TITULAR DE PETROLEROS DE SANTA CRUZ SUMA VOCES EN SU CONTRA

Sin un dirigente a la cabeza

El paro petrolero en Santa Cruz cumplió ayer 23 días.
Imagen: EFE.

Mientras el desplazado secretario general de los petroleros de Santa Cruz, Héctor Segovia, rechazó y apeló la medida y la intervención del sindicato, nuevas voces políticas se sumaron a condenar la actitud del dirigente, a quien los trabajadores de los yacimientos también le dieron la espalda. Los intendentes de Caleta Olivia y Pico Truncado sumaron sus voces al pedido del gobernador santacruceño, Daniel Peralta, para que el titular del gremio de petroleros privados de la provincia se aparte del cargo. “Segovia está realizando una lectura equivocada de la grave situación por la que está atravesando su organización y su propia conducción al frente del Sindicato del Petróleo y el Gas Privado de Santa Cruz”, sostuvo en un poco habitual involucramiento en el tema el intendente de Caleta Olivia, Fernando Cotillo. Osvaldo Maimó, intendente de Pico Truncado, sostuvo a su vez que Segovia “se ha ido alejando de sus responsabilidades propias como secretario general de los petroleros, se ha involucrado en situaciones que no tienen nada que ver con los intereses de los afiliados, con claros objetivos políticos” y que, a esta altura, “la situación ya no da para más y los dirigentes, para estar a la altura de las circunstancias y evitar males mayores, deben hacerse responsables de sus actos”.

El Ministerio de Trabajo de la Nación adoptó la decisión de intervenir el sindicato tras conocer un fallo de la Justicia de Santa Cruz que ordenó la suspensión de Segovia en su cargo. Los petroleros de la provincia permanecen en paro desde el 2 de abril, lanzado cuando los trabajadores desconocieron el acuerdo firmado por Segovia con las principales petroleras por un aumento de salarios del 23 por ciento. Un posterior acuerdo para revisar ese convenio fue aceptado en asambleas, pero con la condición de que Segovia se apartara de las nuevas negociaciones.

“Quizás Segovia esté viviendo desde muy lejos la realidad de la provincia, la de nuestros trabajadores, nuestros yacimientos, y por eso está viendo una realidad distorsionada”, remarcó Cotillo. “Estamos frente a una difícil situación de la que debemos salir rápidamente, sin que las actitudes individualistas pesen más que la paz, el progreso y en definitiva, que la voluntad de las mayorías. Si los trabajadores piden que un dirigente se vaya, ese dirigente debería irse”, agregó.

En tanto, el delegado normalizador designado por el Ministerio de Trabajo, Roque Vitale, aseguró que su paso por el sindicato petrolero santacruceño será “transitorio, corto”, y que esperaba encontrar receptividad de los trabajadores para levantar el paro, que ayer cumplió 23 días. “Estamos trabajando, me estoy reuniendo con la gente este fin de semana para retornar a las tareas”, indicó en una entrevista radial. Insistió en la necesidad de comprender que la huelga le generaba un perjuicio muy grande a la provincia y dijo confiar en que se estaba cerca de alcanzar una solución.

Hasta antes de ser nombrado interventor, Vitale se desempeñaba como agente de fiscalización gremial del Ministerio de Trabajo. Es decir, es una persona conocida por los delegados y dirigentes. “Intentamos mantener un equilibrio entre las facciones que se interrelacionan en el sindicato”, dijo en referencia a los sectores que encabezan Segovia, el titular desplazado, y Rubén Retamoso, el adjunto que se puso del lado de los delegados que desconocieron el acuerdo alcanzado por Segovia con las empresas petroleras. El sector que apoya a este último apeló la medida judicial que lo separó del cargo y la resolución de intervención dictada por el Ministerio. Vitale eludió precisar cuál podría ser la salida para esa controversia, aunque expresó que, en el marco de la ley, “si se llama a nuevas elecciones, es una manera de normalizar la situación”.

El interventor señaló que, en lo inmediato, lo fundamental es preservar la buena relación con la gente que trabaja en los yacimientos. “Este es un paro que lleva muchos días, hay campamentos instalados, hay que hablar con la gente a ver cuáles son sus necesidades y cómo los podemos ayudar para que levanten el paro. Los que están en conflicto son los trabajadores con sus delegados”, aclaró el funcionario y recordó que, en ese marco, “no hay quien recepte una conciliación obligatoria”. Vitale anticipó que apelará “a la conciencia de todos y a que tengan fe en que el Ministerio de Trabajo, a través mío, garantiza que las cosas que se prometen, luego se cumplan”.

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