ECONOMíA › CóMO IMPACTA LA CAíDA DEL PRECIO DE LA SOJA

Con margen para resistir

 Por Fernando Krakowiak

La baja en el precio de la soja es seguida con atención por el Gobierno, pero por el momento no es un motivo de preocupación. Los productores ya vendieron el 80 por ciento de la cosecha 2010-2011 y tienen capacidad financiera suficiente para retener el porcentaje restante a la espera de una mejora en la cotización. Además, recién en el segundo trimestre de 2012 se concentrará el grueso de las ventas correspondientes al próximo ciclo. “Si esta situación no se extiende más allá de uno o dos trimestres, el impacto será moderado”, afirmaron a Página/12 desde el equipo económico.

La soja es el principal cultivo del país. Según el último informe semanal de la Bolsa de Cereales de Rosario, de las 32 millones de hectáreas sembradas, 18,5 millones tienen soja (57,8 por ciento). La producción asciende a 52 millones de toneladas y se exportan cerca de 45 millones. A un promedio de 500 dólares la tonelada, los ingresos llegan a 22.500 millones de dólares, de los cuales 7875 millones los embolsa el Estado en concepto de retenciones a las exportaciones. En el Gobierno reconocen que esa ecuación se podría ver alterada si la situación actual se extiende al menos hasta el segundo semestre del año próximo, pero para que el impacto sea significativo los precios deberían retroceder aún más pues, pese a la caída de casi 20 por ciento registrada en septiembre, igual la cotización de la soja sigue siendo mejor que la vigente en el mismo período de 2010, cuando no era motivo de preocupación. De hecho, hace un año las noticias en los principales diarios hacían referencia a un precio record de la oleaginosa, que luego siguió subiendo. Por esto es que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, declaró ayer que “no vamos a tener ningún problema por el precio de la soja”.

Desde el equipo económico, también destacan que la evolución de los precios no sólo dependerá de cómo evolucione la demanda internacional sino también del nivel de producción y de los stocks existentes. Por ejemplo, la producción podría verse afectada por la incipiente sequía que por ahora se siente fundamentalmente en el norte de Córdoba. Un recorte en las toneladas previstas tendría una consecuencia inversamente proporcional en los precios. A su vez, si el stock es bajo en relación con la demanda, como sucede en la actualidad, cualquier caída en la producción tendría un efecto positivo en los precios.

No obstante, y más allá de estos factores que relativizan un impacto significativo inmediato por la vía comercial, en el Gobierno reconocen que será difícil esperar una recuperación de la economía mundial con las políticas fiscales contractivas que están promoviendo las autoridades europeas y el Fondo Monetario Internacional. Por ese motivo, si la crisis se profundiza y el mercado externo no responde, se incrementarán los incentivos para fortalecer el mercado interno con una batería de medidas que ya están en estudio. El viceministro de Economía, Roberto Feletti, lo dejó en claro ayer al afirmar que “hacia adelante, teniendo en cuenta la complejidad que atraviesa el escenario mundial, la decisión del Gobierno es apostar al mercado interno y al mercado regional ampliado, a las políticas fiscales expansivas y a las del protección del sector externo, tal como hicimos en 2009”.

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