ECONOMíA › LA DEUDA EXTERNA TOTAL DISMINUYO EN RELACION CON LAS EXPORTACIONES

Con una mochila cada vez más liviana

A fines de 2011 hubiese alcanzado con algo más de un año y medio de exportaciones para cancelar la deuda externa, mientras que en 2003 se requerían 4,7 años. La reestructuración de los pasivos y la decisión de no volver a endeudarse explican la mejora.

A fines de 2011 hubiese alcanzado con algo más de un año y medio de exportaciones para cancelar la deuda externa total (pública y privada), mientras que en 2003 se requerían 4,7 años de ventas al exterior para afrontar los compromisos externos. El indicador que vincula la deuda externa y las exportaciones es una de las medidas de solvencia que utiliza la ciencia económica, y mostró una evolución ampliamente positiva en los últimos años. Los datos forman parte de un informe anual que realiza el Indec y que publicó ayer con el nombre “La posición de inversión internacional de 2011”. El aislamiento de la Argentina del mercado de deuda, primero de forma obligada después del default de 2001 y después como parte de una decisión de política económica, junto a la mejora en las exportaciones en cantidad y precio, explican la tendencia a la baja del indicador. El canje de deuda pública en 2005 también influyó al lograr una mejora sensible en la situación de los pasivos externos.

Otra forma de evaluar la solidez macroeconómica se obtiene al relacionar la deuda total con el producto bruto interno. Mientras que el PBI a precios corrientes pasó de unos 100 mil millones de dólares en 2003 a casi 450 mil millones a fines de 2011, la deuda externa total pasó de algo más de 150 mil millones a unos 132 mil millones. Eso implicó que el peso de la deuda externa total superara el 160 por ciento del PBI en 2003, para bajar al 62 por ciento luego del canje, y finalizar 2011 apenas en un 32 por ciento. El informe oficial utiliza el valor nominal residual de los títulos de deuda emitidos tanto por el sector público como por el privado.

El Indec, además de la medición puntual sobre la deuda externa, define a la posición de inversión internacional como la diferencia entre los activos y los pasivos externos del país a valor de mercado. En 2011, ese saldo fue positivo en 51.784 millones de dólares, un crecimiento del 11 por ciento frente al valor del año anterior, producto de activos externos por 251.338 millones de dólares y pasivos por 199.554 millones.

Del total de activos externos, las reservas en el Banco Central representaron el 18 por ciento del total. Las inversiones directas en el exterior del sector privado, que incluye inversiones inmobiliarias, el 13 por ciento del total. El 69 por ciento restante se constituyó básicamente a partir de la llamada fuga de capitales. Son 173.104 millones de dólares repartidos mayormente en tenencia de moneda extranjera y depósitos en el exterior por parte del sector privado, aunque también hay crédito por exportaciones y títulos de deuda, y acciones emitidas por no residentes.

Por su parte, los pasivos externos se explicaron a fines de 2011 en un 48 por ciento por el stock de inversión extranjera, que ascendía a 94.864 millones de dólares entre inversiones directas y en cartera, de los cuales 24 mil millones representan deuda de las filiales argentinas con las casas matrices y otras filiales. El resto del pasivo se explica por participación de capital en empresas y en especial por bonos y títulos denominados en moneda extranjera, emitidos por el sector público y privado.

En la desagregación que el informe presenta sobre la posición de la inversión internacional por sector de la economía (sector público y privado, financiero y no financiero) surge que el sector privado no financiero es el que presenta el saldo positivo más importante. Ello se explica por el enorme volumen de recursos que los argentinos tienen atesorados en dólares en el país o en cuentas en el exterior. Los 160 mil millones de dólares de activos externos, valor que se asimila a la fuga de capitales, por ejemplo, representa algo menos que el doble que el stock total de inversión extranjera directa en el país, que ascendió a 89 mil millones. La diferencia entre activos y pasivos externos del sector privado no financiero en 2011 fue de 60 mil millones. Representa una suba de 8 mil millones frente al año anterior, explicada por la preferencia por el dólar en un mercado cambiario que todavía estaba libre de restricciones. La situación actual es diferente, a raíz del cierre que el Gobierno hizo del grifo para la compra de dólares para atesoramiento.

Con respecto a los demás sectores, el Banco Central cerró el año pasado con un saldo positivo de 41 mil millones gracias a las reservas internacionales. Los bancos públicos y privados, en tanto, registraron una posición neta de -6589 millones. El gobierno central cerró con un saldo negativo de 39 mil millones, por los pasivos que suponen los títulos soberanos y la deuda con organismos internacionales.

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A fines de 2011, la deuda externa total representó apenas el 32 por ciento del PIB.
Imagen: AFP
 
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